El carpintero Carlos Hernández se considera el hombre más afortunado de la tierra. En el 2008 fue seleccionado para construir el altar que utilizaría el papa Benedicto XVI durante una misa en la capital estadounidense. Siete años después el diácono David Cahoon volvió a tocar su puerta y le solicitó que lo ayudara en el tallado del altar, sillas y ambón que serán utilizados por el papa Francisco durante la canonización del beato Junípero el próximo 23 de septiembre en Washington.
Desde hace unos días Cahoon y su asistente Hernández trabajan afanosamente en hacer realidad el proyecto diseñado por la española Ariadne Cerritelli, estudiante de la facultad de arquitectura Universidad Católica de América (CUA).
Ellos trabajan jornadas de diez horas en un humilde taller de la ciudad de Poolesville, Maryland.
En pocas semanas en el proyecto quedará concluido y agradeció la confianza demostrada tanto por el diácono Cahoon, la Universidad Católica de América y los funcionarios de Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington.
Como se sabe, el papa Francisco oficiará una misa al aire libre el 23 de septiembre en los jardines de la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción que colinda con el campus de la CUA.
El programa papal en Washington también incluye una visita a la Casa Blanca y un discurso durante una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos el 24 de septiembre.