La Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington recibió el último fin de semana a cientos de salvadoreños que llegaron para participar en la tradicional procesión del “Divino Salvador del Mundo”. Fieles de todas las edades acompañaron a su Santo Patrono y en una multitudinaria misa reafirmarn su fe católica.

El obispo auxiliar Mario Dorsonville concelebró con los sacerdotes Moisés Villalta (Sagrado Corazón), Luis Marroquín (Santa Catalina Labouré), Evelio Menjivar (Nuestra Señora Reina de las Américas) y Mario Majano (Nuestra Señora de los Dolores).

Luego de la tradicional procesión, el obispo Dorsonville recordó en su homilía que la fiesta del “Divino Salvador del Mundo” exalta la Transfiguración del Señor, una bella demostración de amor y fidelidad entre Dios y su pueblo redimido.  

“En mis primeros pasos como obispo es lindo participar en una fiesta tan significativa e importante para El Salvador, el único país en el mundo que lleva el nombre de nuestro creador. El pueblo salvadoreño ha tenido que soportar guerras y violencia, pero hasta en los momento más difíciles su gente siempre ha sabido demostrar su profunda fe cristiana. Hoy me siento salvadoreño”, dijo el obispo Dorsonville, en medio de aplausos.

Recordó al beato monseñor Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, quien fue asesinado mientras celebraba la Santa Eucaristía, por defender a su pueblo del abuso, marginación, violencia e injusticia.  

“Muchos de ustedes emigraron a Estados Unidos escapando de la guerra. Quiero recordarles que no hay peor pobreza que la de ser invisible o ignorado por la sociedad. Todos somos hijos de Dios y la Iglesia nunca deja de ayudar a los hermanos que llegan en busca de refugio y paz. Ustedes jamás olviden que son inmigrantes, que tienen que ayudar a sus hermanos en Cristo”, señaló el obispo auxiliar. 

En El Salvador la tradición sobre la celebración del santo patrono “Divino Salvador del Mundo” se realiza durante la primera semana de agosto. La celebración en el Distrito de Columbia es auspiciada por la Arquidiócesis de Washington.