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Alegría por el retorno a clases y preocupación por familias inmigrantes

Docentes de las escuelas católicas de la Arquidióceses de Washington colman las instalaciones de la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción en la misa anual arquidiocesana celebrada por el inicio del año escolar, el 25 de agosto de 2025. Foto/ Mihoko Owada

Los maestros hispanos en las escuelas católicas de la Arquidiócesis de Washington están felices por el retorno a clases con la plena responsabilidad de ser modelos para sus alumnos, el reto de apoyar a las familias inmigrantes conmovidas por las redadas de ICE y el orgullo de ser parte del sistema escolar al servicio de la Iglesia.

Los docentes expresaron su sentir en el marco de la misa anual arquidiocesana por el inicio del año escolar celebrada, el 25 de agosto, en la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción.

Ante el clima de temor en una comunidad inmigrante que se siente blanco del Gobierno federal, un grupo de maestros hispanos de la escuela secundaria Arzobispo Carroll de Washington, DC, respondieron diciendo que las escuelas católicas ofrecen un ambiente seguro.

“Tenemos estudiantes respetuosos, centrados y enfocados”, comentaron. Afirman que ellos pondrán de su parte para dar apoyo, “para que los alumnos se sientan seguros y bienvenidos”, precisó el maestro Jassar Vásquez, oriundo de Honduras, quien lleva enseñando seis años en las escuelas católicas. Este es su primer año en el sistema escolar de la Arquidiócesis de Washington.

Adriana Gutiérrez, docente del mismo plantel y oriunda de Colombia, lleva nueve años en el sistema católico y asegura que lo que más le gusta es “la organización y el compromiso que muestran con Dios”.

La maestra Raquel Fuentes del Sagrado Corazón, al centro, confesó que se siente feliz y emocionada por regresar a las aulas este nuevo año escolar. Foto/AA
La maestra Raquel Fuentes del Sagrado Corazón, al centro, confesó que se siente feliz y emocionada por regresar a las aulas este nuevo año escolar. Foto/AA

Preocupación

Los operativos de seguridad, enfocados en inmigración, han golpeado a las parroquias hispanas como Sagrado Corazón. Esta situación “está impactando a nuestras familias, que se sienten inseguras y pierden estabilidad. Los padres se sienten amenazados, no quieren trabajar por miedo y temen llevar a sus hijos a la escuela”, declaró la profesora Raquel Fuentes.

Fuentes tiene 14 años dando clases en el Sagrado Corazón, asegura que es un reto para los maestros. “Tenemos que responder, darles seguridad, ayudarles para que se sientan seguros, darles apoyo académico, social y emocional”.

Los maestros hispanos, dice esta docente de origen salvadoreño, “estamos muy conectados con esta triste realidad”.

Asegura que le encanta su profesión. “No me arrepiento de haber escogido (esta carrera). Es muy lindo ver a los niños crecer académicamente, con valores espirituales bien establecidos que los van a ayudar toda la vida”, dijo refiriéndose a ser justo, empático, generoso, responsable y amar a su familia.

Me siento orgullosa -dice- de poderme identificar con los niños, otros maestros y con la Iglesia Católica, ya que estamos conectados por el amor a Dios. Se siente a gusto porque tiene la libertad de hablar de Dios y de su fe en el salón de clases, libertad que no tendría en una escuela pública.

Esta consciente de que los educadores tienen que ser un modelo para sus alumnos. “Además, somos el puente para que puedan atravesar esos retos, esas diferencias entre los seres humanos, para que puedan ser mejores personas”, dijo Raquel.

Docentes colman las instalaciones de la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción en la misa anual arquidiocesana celebrada por el inicio del año escolar, el 25 de agosto de 2025. Foto/ Mihoko Owada
Docentes colman las instalaciones de la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción en la misa anual arquidiocesana celebrada por el inicio del año escolar, el 25 de agosto de 2025. Foto/ Mihoko Owada

Una tradición

Lo que realmente valora la maestra Diana Fernan (28) es ese sentido de familia que percibe en su escuela “Little Flower”, ubicada en Bethesda, Maryland. “Somos una comunidad muy unida, todos nos conocemos e interactuamos como una familia”.

Le llama la atención que los padres inscriben a sus hijos en la misma escuela católica donde ellos han estudiado, e incluso los abuelos. Es como una tradición familiar.

Como salvadoreña, comentó que bien podría haber más niños hispanos en las escuelas parroquiales si los padres se informaran, buscaran los recursos y las oportunidades disponibles más allá de la educación pública.

“Ahora más que nunca es muy importante instruir a nuestros niños en la fe porque es la fundación para sus vidas. Tienen que saber que estamos con ellos y que Dios siempre estará con ellos”, dijo quien se siente contenta por el inicio de un nuevo año escolar.

La misa arquidiocesana reunió a docentes, empleados, administradores y directores de las 90 escuelas católicas de la arquidiócesis. Es el sistema escolar privado más grande del área, con 24 mil estudiantes, que abarca el Distrito de Columbia y parte de Maryland.

“¿Te comprometes a servir y continuar creciendo como discípulo misionero del Señor, reconociendo tu importante rol de participar en el ministerio y misión de tu Iglesia?”, preguntó el obispo auxiliar de Washington, Juan Espósito, a los maestros presentes. En un acto de renovación de su compromiso, respondieron SÍ al unísono en una basílica colmada.

En su homilía, el obispo les agradeció por su dedicación y se mostró preocupado por el aislamiento de los estudiantes, una tendencia que empezó con la pandemia y se agrava con el uso de las nuevas tecnologías. Señaló también la manipulación de contenido que nos desinforma en redes sociales e instó a los docentes a ser proactivos en este sentido y fomentar la conexión interpersonal.

“La formación humana saludable es parte esencial de la educación católica y es especialmente importante en la actualidad”, dijo instando a socializar, ser solidarios y fraternos.

La experiencia de la educación católica implica excelencia académica, actividades extracurriculares, formación espiritual y también “socializar”, aclaró el obispo.

Igualmente, la misa fue una oportunidad para otorgar reconocimientos a los maestros y escuelas que cumplen aniversarios especiales de servicio. Por ejemplo: La escuela parroquial del Sagrado Corazón de Washington cumple 120 años y la de San Martín en Gaithersburg, MD, cumple un siglo de fundación. William McGregor de “DeMatha” (Hyattsville) y Kenneth Purcell de “Georgetown Visitation” (DC) cumplen 45 años de servicio.

Entre los hispanos con larga trayectoria, destacan: Gerardo Saucedo que cumple 30 años en “The Woods Academy” (Bethesda) así como David Flores en “Academy of the Holy Cross” (Kensington).



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