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Alegría y bendición para quinceañeras

Quinceañera mexicana Rubí Ibarra acompañada de sus padres. Foto/EFE/Mario Guzmán/archivo

Para la comunidad hispana la celebración de los quince años es una renovación de las promesas bautismales y un momento para dar gracias a Dios por el don de la vida, familia y renovación de la relación con la comunidad, amén de ser una demostración de alegría para mantener la tradición familiar.

Esta celebración, que marca el paso de la niñez a la adolescencia, es común en la mayoría de los países de América Latina y entre muchas familias inmigrantes hispanas que radican en Estados Unidos. Los padres de familia aprovechan esta celebración para agradecer y pedir en las parroquias la bendición para la quinceañera.

Para entender esta celebración, que es una mixtura de fiesta, tradición y renovación de fe, la Conferencia de Obispos Católicos (USCCB) publicó un documento donde da cuenta de sus orígenes, la participación de la familia, el regocijo de la Iglesia, la importancia de la misa y el fortalecimiento de las comunidades congregadas en las parroquias.

En la carta pastoral de la USCCB, “Renovando la Visión: Fundamentos para el Ministerio con Jóvenes Católicos”, se deja constancia que la misa y celebraciones de las quinceañeras representan un valioso mensaje religioso que se envía no solo a los jóvenes, sino también a padres, abuelos, padrinos y a la parroquia en llamarlos a unirse en oración a los jóvenes que buscan hacer un compromiso con Dios y la Iglesia.

Asimismo, indica que la celebración religiosa en honor a las quinceañeras son un llamado al discipulado personal, a la evangelización y al liderazgo de la juventud. “Este llamado es tan fuerte que los obispos piden a la Iglesia entera que este ministerio con adolescentes sea de mayor importancia”.

La invocación de USCCB se enfoca en tres metas: ofrecer a la juventud la posibilidad de vivir como discípulos de Jesucristo en nuestro mundo de hoy; atraer a la juventud hacia una participación responsable en la vida, misión, y trabajo de la comunidad de fe; y fomentar el crecimiento espiritual y personal de cada joven.

Testimonios

Para la guatemalteca Liz Ruiz (53), quien es madre de tres mujeres profesionales, celebrar la fiesta de quinceaños representa un reencuentro personal y espiritual con la familia, los viejos y nuevos amigos. “La celebración de los quinceaños son un ‘puente mágico’ en Estados Unidos y en nuestros pueblos, donde también se festeja. Es verdad que se necesita invertir algo de dinero, pero lo más lindo es ver como todos se ofrecen en ayudar en lo que se necesite”.

La peruana Raquel Sarmiento (41), que el próximo año celebrará el ‘quinceañero’ de su hija adolescente, acepta tener ciertas dificultades económicas, pero asegura que de todas maneras cumplirá con el “sueño” de su pequeña de ser “presentada en sociedad” ante su familia y amigos de la escuela. “

Olga es hija única y siempre le deslumbró las fiestas de quinceañeras -señaló-. Inicialmente la fiesta sería en Lima, ahora por cuestión de costos hemos acordado celebrar una misa y alquilar un local parroquial en Maryland, mientras que mis sobrinos se han comprometido a compartir todo ‘on line’”.

El nicaragüense Luis Villalba (34), padre de dos niñas pequeñas de 7 y 9 años, no oculta su alegría y preocupación al pensar que en pocos años tendrá que cumplir con la vieja tradición de las quinceañeras. “Mi esposa y mi mamá siempre me recuerdan que debo ahorrar dinero para cumplir con la tradición de la ‘fiesta de 15 años’ y eso me da vueltas en la cabeza todos los días. Yo amo a mis hijas y les aseguro que tendrán su fiesta”.

Negocio en alza

El costo promedio de una fiesta de quinceaños, que incluye vestido, misa, fotógrafo, paseo en limosina, recepción y DJ, oscila entre 15 mil y 25 dólares. El designar varios padrinos ayuda a aminorar los gastos de la familia.

Es importante señalar que, para algunas empresas, las celebraciones de quinceañeras se han convertido en una industria millonaria en Estados Unidos, con una demanda de vestidos y regalos cada día mayor y fiestas cada vez más elaboradas.

Un estudio de empresa Rand Youth Poll, que estudia los hábitos de consumo de adolescentes en el país, reveló que la industria que rodea a celebraciones como la Quinceañera y Sweet 16, su equivalente en la industria anglosajona, supera los 680.000 millones de dólares anuales.



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