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‘La historia no ha terminado y hay mucho por hacer’, dijo el obispo Burbidge en vigilia de Marcha por la Vida

Una lección que aprendimos -una y otra vez- es que el fin de la historia no ha llegado y cada vez que se celebra victoria descubrimos que hay algo más que hacer, que la historia no ha terminado, que el trabajo de Dios todavía no ha concluido y que hay todavía mucho por hacer, precisó el obispo Michael Burbidge durante la misa de vigilia previo a la Marcha nacional por la Vida.

Muchas veces el mejor trabajo no es suficiente y no permanece, agregó en la misa celebrada en la Basílica de la inmaculada Concepción, el 18 de enero de 2024. “En este frágil y quebrado mundo que vivimos la única respuesta es Cristo, quien estará siempre en nuestros éxitos y derrotas para santificarnos a todos”.

Si algo nos enseñó la revocación de la ley Roe vs. Wade, en el 2022, es que no es el fin -indicó-. Es una victoria, pero no una decisiva, que hay todavía mucho trabajo por hacer y que la vida de los inocentes está en peligro.

Con la revocación aprendimos que tenemos que encontrar la mejor de comunicar, sin negociaciones, porque tenemos la verdad, porque toda vida es sagrada y nadie tiene el derecho de quitar la vida de otro, nadie tiene el derecho de decidir quien vive y quien no -afirmó-. Es nuestro deber sagrado defender la vida.

Nuestro mensaje debe ser caritativo y sin compromisos, llevar la luz a los rincones más oscuros en defensa de la vida que es un regalo de Dios -agregó-. La Marcha Nacional por la Vida nos recuerda quienes somos y que hay más familias que asistir y más corazones que cambiar.

Previo a la misa, el cardenal Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en Estados Unidos, transmitió el saludo del papa Francisco y sus oraciones por los miles de personas que acudieron a la capital a participar en la Marcha por la Vida, especialmente por los jóvenes y por la paz en el mundo.

Lo propio hizo el cardenal Wilton Gregory, arzobispo de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington, quien dio la bienvenida a los presentes en la Basílica de la Inmaculada Concepción para la 45ª Vigilia Nacional de Oración por la Vida. 

El cardenal Gregory agradeció también la presencia del cardenal Seán O'Malley, los arzobispos Timothy Broglio y William Lori, obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas y religiosas. Y dio una especial bienvenida a la delegación de obispos ortodoxos, encabezada por el obispo John.

Extendió su agradecimiento a los líderes laicos: los Caballeros de Colón, los Caballeros de San Pedro, los Caballeros y Damas de Malta, las Hijas Católicas de las Américas, el Consejo Nacional de Mujeres Católicas, la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas, el Congreso Nacional Católico Negro y la Universidad Católica de América.

Finalmente, saludó a los millones de participantes que se unieron a través de la Red de Televisión de la Palabra Eterna, así como de otras cadenas de televisión y radio. Y dio la bienvenida a los miles de peregrinos presentes en la misa, a los jóvenes que vinieron de todas partes del país.

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