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‘Llevamos la fe, la confianza y la esperanza en el Dios que camina con nosotros’, dice obispo Menjívar en celebración del Señor de los Milagros

Fieles caminan en procesión llevando en andas la imagen del Señor de los Milagros durante la celebración arquidiocesana realizada en los predios del santuario del Sagrado Corazón, el 26 de octubre de 2025. Fotos/Javier Díaz

La devoción al Cristo de Pachacamilla tiene raíces profundamente históricas y es parte de la identidad e historia de fe y esperanza del pueblo peruano y del continente americano. Es el Cristo de los Milagros porque a lo largo de los siglos ha obrado señales prodigiosas en momentos oscuros, dijo el obispo auxiliar de Washington, Evelio Menjívar, durante la misa celebrada en el santuario del Sagrado Corazón, en honor del Señor de los Milagros, el 26 de octubre de 2025.

Qué la procesión del Cristo Moreno -como también se le conoce- sea una manifestación pública de nuestra fe y de nuestras raíces culturales y espirituales, una expresión viva de nuestro deseo de caminar juntos como comunidad y humanidad por senderos de paz, justicia e igualdad, precisó el prelado.

¡Qué viva el Señor de los Milagros! ¡Qué viva Perú!”, subrayó ante cientos de fieles, predominantemente peruanos, que colmaron el santuario, oraron, caminaron por las calles del Distrito de Columbia y veneraron la imagen de Cristo crucificado que llevaron en andas.

Feligresas participan en la procesión en honor al Cristo de Pachacamilla por las calles del Distrito de Columbia luego de la misa celebrada, el 26 de octubre de 2025, en  en el santuario del Sagrado Corazón.
Feligresas participan en la procesión en honor al Cristo de Pachacamilla por las calles del Distrito de Columbia luego de la misa celebrada, el 26 de octubre de 2025, en en el santuario del Sagrado Corazón.

“Más que una imagen llevamos en nuestros hombros y en nuestro corazón la fe, la confianza y la esperanza en el Dios que camina con nosotros”, dijo monseñor dando su homilía al lado de la imagen.

Notó que niños y familias enteras acudieron vestidos con el tradicional hábito morado “transmitiendo esta fe a generaciones futuras”.

Un poco de historia

El obispo compartió un poco de historia. La devoción surgió en el siglo XVII cuando un esclavo de origen africano pintó la imagen del Cristo crucificado en una pared de adobe en Lima. Años después, en 1655, un terremoto sacudió la ciudad y destruyó muchos edificios, pero esa pared quedó intacta. Fue considerado el primer milagro que sembró mucha devoción en el pueblo, en especial en el pueblo sencillo que empezó a congregarse frente a la imagen milagrosa.

Otro terremoto en 1687 derribó la capilla que se había construido para proteger la venerable imagen del Cristo de Pachacamilla. “El muro con la imagen del crucificado quedó nuevamente intacto, en pie entre las ruinas”, dijo Menjívar.

(De izq. a der.) El padre Emilio Biosca y el obispo Evelio Menjívar cargan en andas la imagen del Señor de los Milagros en procesión por las calles del Distrito de Columbia, el 26 de octubre de 2025.
(De izq. a der.) El padre Emilio Biosca y el obispo Evelio Menjívar cargan en andas la imagen del Señor de los Milagros en procesión por las calles del Distrito de Columbia, el 26 de octubre de 2025.

En acción de gracias, ese año se organizó una procesión con la copia de la imagen recorriendo las calles de Lima. Así nacieron las procesiones del mes de octubre que continúan hasta hoy.

En medio de las necesidades y los desastres personales y colectivos, el Señor siempre ha dado señales de que está junto a su pueblo, en especial, junto a los humildes que, ante la necesidad, no tienen a quien acudir -explicó.

Dijo que no es de extrañar que el pueblo peruano siga confiando en el Señor de los Milagros, en especial en los momentos difíciles de su historia. Durante más de tres siglos, durante epidemias, guerras y crisis, los fieles han acudido a él. Solamente se cancelaron en dos oportunidades las procesiones de octubre en Lima: en 1882 (guerra del Pacífico) y en 2020 (pandemia del COVID).

Tiempos difíciles

“En medio de las tribulaciones, le pedimos al guardián y custodio de la ciudad de Lima que custodie al Perú y al pueblo inmigrante en Estados Unidos”, destacó el obispo.

Aprovechó para pedir “por aquellos que por miedo y preocupación decidieron quedarse en casa”, para que el Señor de los Milagros los bendiga y acompañe.

Igualmente señaló que Perú vive momentos convulsionados (un cambio repentino de gobierno hace unos días) “en medio de una crisis política y social que refleja la profunda sed del pueblo de justicia, seguridad y oportunidades laborales”.

Instó a los peruanos y a todos a volver la mirada al Señor de los Milagros, pidiendo su auxilio para alcanzar la paz, el progreso y la tranquilidad de nuestros pueblos.

El obispo dejó en claro que Dios no desprecia al pobre, escucha las súplicas, atiende el clamor y está cerca del que sufre. “Podemos confiar en que el Señor nos escucha, hace justicia a su debido tiempo y levanta a las almas abatidas -especialmente consuela a quienes cargan sufrimientos, preocupaciones o miedos”.

Monseñor Menjívar habló de dar gracias por los milagros recibidos. “Por la salud, la reunión de seres queridos, la unidad de la familia, el trabajo que permite traer el pan a la mesa, la fortaleza y la serenidad aún en medio de la adversidad”.

Ante la multitud de peruanos, no podía dejar de mencionar que “el papa León XIV es el Papa más peruano de la historia, que se fue de Chicago a Chiclayo”, despertando una ovación en el santuario.

Finalmente, el obispo se unió en oración a los fieles para “pedir esa fuerza de la fe en el amor que permite perseverar en la tribulación, que anima a entregarse como una ofrenda viva de servicio a los demás por amor a Dios”.

El padre Emilio Biosca, párroco del Sagrado Corazón, fue concelebrante en esta misa donde también estuvieron presentes diplomáticos, otras autoridades civiles y militares de Perú.

Jóvenes bailan la tradicional marinera limeña en la procesión del Señor de los Milagros, el 26 de octubre de 2025.
Jóvenes bailan la tradicional marinera limeña en la procesión del Señor de los Milagros, el 26 de octubre de 2025.

Hermandad

Luego de la misa los fieles participaron en una procesión por las calles del Distrito mostrando su fervor y unidad.

El tradicional servicio se hace realidad cada año gracias al liderazgo y voluntariado de los miembros de la Hermandad del Señor de los Milagros. Se hicieron presentes más de cien miembros de la hermandad de DC, más de 70 de Arlington e igual número de Rockville.

Percy Napurí (60) es uno de ellos y contó que su fe en el Señor de los Milagros ha perdurado durante 22 años que lleva en EEUU. No deja de creer en sus milagros, no deja de asistir a la misa y ser parte de la hermandad.

La describe como “una fe por tradición” ya que sus padres y abuelos en Perú participaban y dice que sigue haciéndolo “porque es una fe que nos han inculcado y nosotros la inculcamos a nuestros hijos”.

Asegura que su familia ha sido testigo de varios milagros atribuidos al Señor de los Milagros. “El más importante fue el de mi hija, quien tuvo un aneurisma (dilatación de un vaso sanguíneo) hace tres años y estuvo una semana en coma”.

Le pidió a Dios que le ayudara y le diera fe para poder seguir ayudando a su hija a la distancia con remesas, oración y apoyo emocional.

“Gracias al Señor salió del coma, pero aún se está recuperando”, dijo.

Percy es parte de la hermandad de Rockville, Maryland, desde hace 11 años y dio su testimonio en la entrada del santuario vistiendo el tradicional hábito morado que usan los cargadores del Señor de los Milagros en todo el mundo.

Varias parroquias de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington celebraron misas similares. La parroquia Santa Catalina Labouré, organizó un servicio, procesión y convivio el 19 de octubre al cumplirse un cuarto de siglo de la tradición en esa iglesia de Silver Spring, MD.



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