Sin miedo, con el megáfono en mano y portando carteles con mensajes contundentes, casi cien líderes de organizaciones católicas alzaron su voz en contra de las redadas y oraron por los inmigrantes, ante la sede de ICE en Washington, DC, el 13 de noviembre de 2025.
“Como católicos y personas de fe, rechazamos la cultura de miedo y silencio que deshumaniza y, en su lugar, escogemos apoyar a los inmigrantes. Juntos, nuestras voces envían un poderoso mensaje para defender la dignidad de nuestros vecinos, familiares, amigos, compañeros de clase, de trabajo y de la parroquia”, dijeron los organizadores de la iniciativa “One Church, One Family”.
“Queremos alzar nuestras voces en favor de los más vulnerables como Cristo nos llama a hacer. Él nos pide recibir al extranjero y amarlo porque Cristo vive en él”, expresó Edwin Méndez, director del Centro Católico de Langley Park, Maryland.
Contó que lo que más le preocupa e indigna son las separaciones familiares y los arrestos de inmigrantes sin récord criminal. “Son gente buena y trabajadora que hacen mucho bien a Estados Unidos”.
Con ocasión de la festividad de Santa Francisca Cabrini, patrona de los inmigrantes, expresaron su repudio a las agresivas operaciones de la agencia gubernamental y a lo que llaman “campos de concentración de ICE”.
“Estamos gastando miles de millones de dólares en construir campos de concentración de inmigración, contratando exagerados números de agentes de ICE (y otros gastos) en vez de darle alimento a los hambrientos, viviendas a los desamparados y cuidado médico a los enfermos”, dijo Susan Gunn, de la oficina para asuntos globales de la organización Maryknoll durante una letanía de lamentos por los seres humanos que migran.
En la letanía, los manifestantes pidieron misericordia a Jesús y que les mueva a la acción frente a las injusticias que se viven en EEUU.
Este -describieron- es el panorama actual: inmigrantes secuestrados y desaparecidos, agentes enmascarados sin uniforme ni identificación arrestan a quienes sospechan que son extranjeros, ciudadanos de primera generación viven el terror de ser erróneamente detenidos y deportados por su acento o color de piel, niños temen que sus padres sean secuestrados cada vez que se tienen que separar, inmigrantes aterrorizados en sus centros de culto, estudiantes a quienes se les impide recibir la educación que merecen y permitimos que agentes de la Guardia Nacional se encarguen de arrestar a los recién nacidos.
“Jesús: qué tu luz y amor llenen los espacios lastimados en nuestros corazones. Danos la gracia de tomar acción por nuestros hermanos y hermanas que están sufriendo grandes injusticias -subsidiadas con nuestros impuestos- en su travesía migratoria”, agregó Fran Eskin-Royer, en representación de National Advocacy Center de las Hermanas del Buen Pastor. “Danos, Señor, tu deseo de liberación del pueblo, bríndanos paciencia, fortaleza y coraje para ser tus canales de pacificación”.
No hubo intercambio de palabras, ni confrontación ni agresividad como solemos ver en los noticieros y redes sociales. El despliegue de camionetas de “la migra” frente al edificio no los intimidó. Mientras los manifestantes pedían misericordia y compasión para los extranjeros, un grupo de agentes de seguridad de ICE bien armados observaba con detalle lo que se desplegaba pacíficamente frente a sus puertas.
A decir verdad, fue un despliegue de ejercicio democrático de valientes estadounidenses amparados y confiados en la primera enmienda de la Constitución que otorga libertad de religión y de expresión, también derecho a reunión pacífica y a petición al gobierno.
Los manifestantes no titubearon al hablar de Dios e incluso pidieron la conversión de los funcionarios.
Para más información sobre “One Church, One Family”, visite https://1family.us.
Las organizaciones participantes instan a los católicos a tomar acciones concretas en este controversial tema de inmigración: “Dile a tus representantes en el Congreso que protejan a nuestros vecinos inmigrantes y refugiados”. Visite: networklobby.org/takeaction.
