Catholic Standard El Pregonero
Clasificados

Universidad Católica de América forma a los mejores enfermeros del país

Las estudiantes Angelea Flores y Lesly Méndez posan junto a la decana de la Escuela de Enfermería Conway de la Universidad Católica de América el 2 de octubre del 2025. Foto/cortesía CUA/Patrick Ryan

En la escuela de enfermería Conway de la Universidad Católica de América (CUA) -entre las mejores a nivel nacional- un veinte por ciento de los estudiantes son de origen hispano como Angelea Flores (20) y Lesly Méndez (21).

Ambas están luchando por lograr el sueño de ser enfermeras con talento, constancia, una especial sensibilidad por los más vulnerables, amor por su profesión y deseo de servir.

Para dedicarse a esta profesión, es fundamental sentir un profundo deseo de ayudar a otras personas -dice Angelea- y tener empatía con las necesidades y los sentimientos de los demás.

Ella es parroquiana de St. Elizabeth Ann Seton, tiene raíces colombianas y salvadoreñas, es egresada de la escuela secundaria católica Papa Juan Pablo el Grande, en Virginia.

Hace tres años, a su abuela le diagnosticaron cáncer del colón y fue un tiempo difícil para su familia. En ese proceso de curación, Angelea observaba que las enfermeras eran muy cercanas a su abuela y su madre. “Recuerdo que las enfermeras eran como una luz que reconfortaba. Entonces, me di cuenta de que eso es lo que quiero ser… quiero dar paz y confort a quienes están pasando por momentos difíciles”, dijo.

Ella, quien cursa el tercer año de enfermería y se graduará en 2026, reconoce que el ritmo de la vida estudiantil es agotador. Tiene clases teóricas tres días a la semana, los domingos tiene ocho horas de clases prácticas y además trabaja dos días en el gimnasio del recinto.

Esta joven afirma que, para ser exitoso en los estudios, la clave es distribuir bien el tiempo. Sin duda, han sido importantes los tutores y sus familiares que la apoyan. Cubren algunos gastos, la ayudan, la motivan y se sienten orgullosos de sus logros.

Ya obtuvo una certificación en cuidados de salud para hispanos. Su deseo es convertirse en enfermera pediátrica, obtener un doctorado y dedicarse a la investigación sobre inmunología en el manejo de enfermedades crónicas.

Orgullo y fe

“Ver todo lo que hacen las enfermeras -por los pacientes- es increíble”, dice Lesly Méndez, quien desde niña presenció las barreras que encaran los inmigrantes en el cuidado de la salud.

“Iba a las citas médicas con mi familia, me necesitaban como traductora y así me fui encariñando con la profesión”, contó. También tuvo una experiencia muy positiva con enfermeras que interactuaron con sus familiares. Todo eso la impulsó a seguir esta vocación de servicio.

Ya está en el cuarto año de pregrado, su meta es llegar a ser una enfermera pediátrica de la unidad de cuidados intensivos y “hacer una diferencia en su comunidad”.

Lesly es el orgullo de sus padres guatemaltecos que llegaron a este país cruzando la frontera, hicieron muchos sacrificios y disponen de limitados recursos económicos. Su mamá limpia casas y su padre corta grama.

Para estos parroquianos de San Bernardo, en Riverdale Park, Maryland, la fe es lo que los mantiene en la lucha por salir adelante.

Estudiar en la universidad es estresante, demandante y costoso. En cierto momento, Lesly pensó en abandonar los estudios, pero oró mucho y siguió adelante.

“La oración ha sido crucial cuando sentí miedos, dudas y ansiedades. La fe ha sido importante para fortalecer el camino en mi carrera estudiantil”, dijo.

Cada salón en la Escuela Conway tiene un crucifijo. “Verlo me ayuda a recordar que es una carrera sacrificada, pero vale la pena”, agregó la joven.

Junto con otros estudiantes, Lesly y Angelea participaron recientemente en una misa especial en la cual un sacerdote bendijo las manos de los que pronto ejercerán la enfermería. El servicio incluye la unción con aceite, que representa una obra del Espíritu Santo para comisionarlos para el servicio de ayudar a sanar a los enfermos.

Así, las manos adquieren el don de la sanación, “para que tengamos la intercesión de Dios al momento en que toquemos a nuestros pacientes”, dijo Lesly.

Escuela Conway

CUA cuenta con una de las mejores escuelas de enfermería, donde estudian 430 alumnos. Ocupa el puesto #1 junto con la Universidad George Washington a nivel local y el puesto #28 a nivel nacional. Inf: nursing.catholic.edu.

La escuela Conway cuenta con un programa integral que abarca pregrado y postgrado, dispone de la más alta tecnología en los salones de clase y les garantiza trabajo a 100 por ciento de los egresados en menos de seis meses en alguno de los más de veinte hospitales que hay en DC, MD y VA.

La decana Marie Nolan afirma que la Escuela de Enfermería Conway, que ella encabeza, es un lugar muy especial. “Aquí, los estudiantes reciben una formación en filosofía y teología diferente a la de cualquier otra escuela de enfermería. Esto les permite plantearse preguntas más profundas sobre la vida y lo que significa ser humano, y sobre cómo los enfermeros son sanadores”.

Afirma que el programa enfatiza las enseñanzas católicas, y los alumnos reciben incluso clases de espiritualidad, psicología y ética.

La decana alienta a los alumnos a rezar por la sanación de los pacientes, incluso si los enfermos no son católicos o no son creyentes.

Explicó que, gracias a la generosidad de Bill y Joanne Conway, desde el año pasado, cuentan con uno de los edificios de enfermería más avanzados científicamente.

Cuenta con sofisticados equipos, un ambiente hospitalario virtual y tecnologías de realidad virtual para que los estudiantes se expongan a varios escenarios clínicos y se preparen mejor para ejercer la profesión en el mundo real.

“La confluencia de estos recursos científicos, nuestro plan de estudios iluminado por la fe católica y un profesorado competente y talentoso, forman líderes excepcionales en enfermería clínica, ciencias de la enfermería y administración de servicios de salud que buscan promover el bien en la sociedad”, añadió.

“Nuestro programa de enfermería se encuentra entre los mejores del país en todos los aspectos. Formamos a nuestros enfermeros no solo como profesionales cualificados, sino como sanadores que comprenden el significado más profundo de la dignidad humana y el servicio”, añadió Peter Kilpatrick, presidente de CUA.

La carrera básica de enfermería es de cuatro años y tiene un costo estimado de 80 mil dólares. CUA ofrece también programas de postgrado.

Ambas estudiantes tienen becas que les ayudan a lograr sus metas académicas. CUA le ha otorgado una beca a Angelea que le cubre el 80 por ciento de su matrícula, mientras Lesly tiene tres becas que le cubren el 100 por ciento. Tiene una beca de la escuela secundaria DBCR, otra de la universidad CUA y también recibe ayuda federal estudiantil (FAFSA).

La Universidad Católica de América fue fundada en 1887 como universidad pontificia y cuenta con 11 facultades que atienden a más de 5.200 estudiantes. Inf: cua.edu.



Cuotas:
Print


Secciones
Buscar