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Rezamos en este Adviento por una paz duradera

Acabamos de comenzar el tiempo de Adviento y este será el más corto que es posible tener. El cuarto domingo de Adviento de este año será el domingo 24 de diciembre, por lo que apenas tendremos una semana antes de que comience la gran fiesta al día siguiente. Para algunos, el Adviento es un respiro de las semanas relativamente largas del Tiempo Ordinario. Para otros, el Adviento no es más que un obstáculo más antes de la Navidad. Algunas negocios y comerciantes no prestan mucha atención a este tiempo, ya que empiezan a comercializar sus ofertas navideñas a principios de octubre, si no antes. Así que, para algunos, un Adviento abreviado es un regalo apreciado, mientras que otros pueden sentirse engañados por tener una cuarta semana de Adviento de solo un día.ste Adviento, con sus lecturas bíblicas tradicionales, puede yuxtaponer imágenes inusuales, ya que la brutal violencia que se ve en Tierra Santa interrumpe los dos milenios de ilustraciones bíblicas que nos invitan a anticipar y anhelar la Natividad del Príncipe de la Paz. Por desgracia, Tierra Santa tiene un largo legado de guerras, que se remonta incluso a mucho antes de las Cruzadas. La violencia actual nos llega ahora con la intensidad de las redes sociales, que traen la crueldad a nuestros hogares y a nuestros teléfonos inteligentes ¡justo cuando está sucediendo! Niños asesinados y mutilados; judíos, musulmanes y cristianos tomados como rehenes; bombas que estallan en los hogares, empresas y hospitales sembrando el miedo entre los combatientes de ambos bandos del conflicto. Este es un Adviento inusual no solo por su brevedad temporal, sino por el odio que ha estallado ahora mismo en el preciso lugar donde nació Jesús, nuestro Señor, para marcar el comienzo de una nueva era de paz.

El Adviento es un tiempo litúrgico cuyo objetivo es prepararnos de corazón para recordar el reconfortante mensaje del nacimiento histórico de Cristo y esperar con ansias su retorno en gloria al final de los tiempos. Les invito a recordar a las innumerables personas que sufren en una tierra que debería generar una profunda gratitud por el don de su Hijo que nos concedió Dios. Rezamos en este Adviento por una paz duradera, no limitada a detener las bombas, proyectiles y drones de guerra, sino que nos brinde una nueva era de respeto y armonía que trascienda las diferencias religiosas y políticas; una era no solo marcada por un desarme bélico, sino que brote y florezca en un tiempo transformador para toda la humanidad. 

Nos alegramos por los pacificadores internacionales que se dedican a tratar de poner fin a las hostilidades. Quiera el Señor que su trabajo se materialice no solo en una tregua, sino en un renovado espíritu de esperanza para esta región del mundo. El Adviento nos invita a esperar con anhelo y entusiasmo el regreso triunfal del Príncipe de la Paz. Pidamos que llegue una paz duradera a nuestro mundo y que llegue pronto, ¡muy pronto!

 

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