Una reforma migratoria no es algo del pasado en Estados Unidos, donde a pesar de la promulgación de la Reforma Migratoria de 1986, que legalizó a unos 2,7 millones de residentes indocumentados, la inoperancia del actual sistema migratorio ha creado una crisis humanitaria sin precedentes. Entretanto, la Iglesia Católica y diversas organizaciones continúan abogando por los inmigrantes y por una reforma migratoria integral acorde con los tiempos.
Religiosos, representantes de organizaciones sin fines de lucro y académicos coincidieron -en una reciente conferencia sobre inmigración- en la necesidad de sumar esfuerzos para seguir abogando por los inmigrantes, por una eventual reforma migratoria, por las mejoras en los servicios legales y por el incentivo a la educación, aspectos claves para dar un trato más humano a los migrantes que viven en este país.
"Al reunir diversas perspectivas y conocimientos, podemos explorar más plenamente los desafíos multifacéticos que enfrentan la Iglesia y la nación", dijo Stacy Brustin, directora de la Iniciativa de Políticas y Leyes de Inmigración de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de América (CUA), que en unión de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) organizó la conferencia “Respondiendo a las Realidades Cambiantes en la Frontera de los Estados Unidos y Más Allá”, donde se indagó sobre las dimensiones y raíces de la respuesta católica al mejorar e incrementar los servicios legales, las crisis y las reformas migratorias.
“Nosotros vamos a seguir abogando insistentemente por una reforma migratoria integral, algo en lo que hemos venido trabajando desde el 2004 en el contexto del Programa de Justicia para los Inmigrantes”, afirmó William Canny, director ejecutivo de la Oficina de Migrantes y Refugiados (MRS) de la USCCB, en alusión a la prioridad establecida por la USCCB y la Red Católica de Migración Legal (CLINIC) hace dos décadas.
“No se debe negar ni olvidar la dignidad humana de todos los migrantes -expresó Canny, al iniciar las intervenciones en el panel que disertó sobre el tema: ‘¿Hacia dónde vamos ahora? Un llamado a la acción’-. Necesitamos un sistema más rápido para procesar los casos de asilo para que los migrantes beneficiados puedan conocer más expeditamente sobre su futuro y no continuar en la incertidumbre”.
Agregó que la USCCB está revitalizando el programa Justicia para los Inmigrantes en las diócesis y actualmente forma parte de un grupo de enfoque junto a Caridades Católicas USA, personal de las diócesis, trabajadores y congregaciones católicas comprometidas con el tema de migración.
Michelle Sardone, directora de programas de CLINIC, afirmó que “las políticas de migración no son exitosas hasta que la gente no hace uso de ellas” y por eso es que CLINIC se asegura de que “todos los que vengan a esta Iglesia reciban servicios apropiados” para aplicar a los beneficios migratorios. “Pero no hay suficientes proveedores de servicios legales para servir a todos esos millones de inmigrantes, incluyendo a los que son portadores del Estatus de Protección Temporal (TPS), la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), o cualquier otro beneficio temporal”, agregó.
Admitió que, a pesar de los esfuerzos de las organizaciones por brindar servicios legales de inmigración, muchos migrantes enfrentan el sistema migratorio sin representación legal.
"A finales del año pasado, la acumulación de casos en los tribunales de inmigración era de 3,2 millones, y de esos casos, sólo el 30 por ciento tiene representación", dijo.
Estamos haciendo todo lo posible -continuó- para ayudar a los migrantes, trabajando con distintos grupos que tienen el mismo fin y que ya están haciendo un gran trabajo, pero es necesario buscar nuevas oportunidades a nivel local para “asegurarnos de que todos los que necesiten estos servicios se beneficien”.
Cheryl Aguilar, directora fundadora de Hope Center for Wellness, una práctica multicultural de salud mental que trabaja con padres de niños migrantes que han sido separados de sus familias, solicitantes de asilo, abogados y otros profesionales.
Esta trabajadora social de origen hondureño coincidió con sus colegas en la necesidad de propiciar la creación de otros grupos de apoyo, estimular el voluntariado, comprender las causas de la migración y ser buenos vecinos.
"Ya seamos proveedores de servicios legales, profesionales del derecho, estudiantes o trabajadores de las organizaciones presentes en esta sala, siempre hay algo que podemos hacer", dijo Aguilar, quien admite que un entorno favorable a los migrantes en las ciudades ayuda a generar un ambiente más acogedor. “Que bien me siento cuando llego a un vecindario y leo carteles en los jardines de las casas que dan la bienvenida a los inmigrantes”, destacó.
Dijo que su organización “continuará trabajando con estos grupos de migrantes y profesionales para una mayor y mejor asistencia a los inmigrantes y profesionales” y enfatizó en que “estar informados, hacerse presentes y colaborar” son aspectos clave para lograr las metas comunes.
Por su parte, el peruano Javier Bustamante, director del Centro de Compromiso Cultural de CUA, fundamentó su ponencia en la necesidad de educar a los inmigrantes y sus hijos debido a la importancia que la educación tiene para la integración y adaptación a la sociedad en este país.
“Como institución educativa estamos comprometidos con la educación para los inmigrantes y a la formación de los líderes y profesionales que en el futuro trabajarán en este sector”, dijo Bustamante, quien coordina los programas sociales, culturales y de servicio comunitario que complementan la misión académica de la universidad.
“Estoy muy orgulloso por el interés y la respuesta que hemos tenido de los estudiantes en esta conferencia y nuestro compromiso es continuar preparando a los futuros profesionales para que asistan a los inmigrantes con el conocimiento de las leyes y todas las variantes que implica la migración”, acotó Bustamante.
Jessica Estrada, directora de los servicios para recién llegados de Caridades Católicas de la Diócesis de Arlington, dijo que en su diócesis “no rechazan a nadie” y ofrecen diversos servicios para ayudar a los recién llegados, como asistencia en materia de vivienda, servicios legales, clases de inglés y asisten en los trámites para que los menores no acompañados puedan reunirse con sus padres
Un llamado importante es que “nos cuidemos nosotros mismos porque los que estamos en este campo pasamos muchas horas de nuestras vidas trabajando y sirviendo a los migrantes” y también tenemos familia y estamos siempre comprometidos con este trabajo, pero es difícil cuando nos encontramos con situaciones y personas con sentimientos antiinmigrantes a nivel local, regional, nacional y federal”.
La sesión concluyó con Martha Cruz Zúñiga, profesora clínica asociada de economía y jefa del Departamento de Economía de CUA quien precisó que las organizaciones que trabajan con la migración deben organizar más conferencias como ésta dirigidas a los estudiantes quienes ayudarían a transmitir el mensaje, además de despertar su interés sobre la materia”. Decenas de estudiantes participaron en la conferencia.
Especializada en economía, con especial atención en migración, la catedrática enfatizó que durante sus clases “siempre discutimos el tema migratorio porque está muy ligado al tema económico” y agregó que se necesitan ideas para seguir buscando alternativas legales y sociales en favor de los migrantes.
“Es muy importante dar la bienvenida a los inmigrantes, escucharlos y tomar en cuenta sus opiniones en cuestiones migratorias porque ellos han sufrido la problemática y pueden aportar ideas que nos ayuden a prestar más y mejores servicios a su favor”, concluyó Cruz Zúñiga.