El compromiso de sinodalidad que impulsa el papa Francisco, iniciado el 2021 y que se extenderá hasta el 2024, es “una oportunidad de estar presentes unos con otros, de invitar a nuestros familiares y amigos a volver a la fe, de escuchar las alegrías y los pesares, y de compartir las esperanzas y los sueños que tenemos para nuestras parroquias”, declaró el cardenal Wilton Gregory, en enero de 2021.
La sabiduría emerge cuando uno escucha con sinceridad, afirmó el arzobispo Gregory en la misa de apertura del Sínodo local el 17 de octubre de 2021.
El compromiso de sinolidad se hizo patente en la participación y el diálogo que sostuvieron los miembros de las diversas parroquias de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington en sesiones parroquiales y arquidiocesanas, bajo el liderazgo del cardenal Gregory, quien este 2023 celebra su quincuagésimo aniversario de sacerdocio.
El Sínodo consiste en una asamblea de obispos que fomenta una mayor unidad entre los obispos y el Papa, asesora al Santo Padre en asuntos de fe y moral, también de disciplina de la Iglesia y estudia los temas relativos a la Iglesia en el mundo.
La sinodalidad es la senda y el proceso que sigue la Iglesia en cuanto a comunión. Es la comunión de todos los bautizados que nos escuchamos mutuamente, que dialogamos y rezamos juntos para escuchar la voz del Espíritu Santo mientras buscamos la santidad y proclamamos el Evangelio. La sinodalidad implica que el clero, los religiosos y el laicado se escuchen y hablen entre sí, oren y disciernan juntos, y pongan las esperanzas y las preocupaciones del Pueblo de Dios a los pies de los obispos que, unidos al Papa, deciden las cuestiones de fe y de moral para preservar la fe y fortalecer la Iglesia en todo el mundo.
El arzobispo dijo que cada miembro de la iglesia debía sentir la sincera invitación a participar en el proceso sinodal. “Debemos sentirnos inspirados para hablar honestamente entre nosotros y escuchar con sinceridad aquellas voces que pueden retarnos o confundirnos. No debemos tener miedo de escuchar las voces de aquellos que se sienten distantes de la iglesia o frustrados o escandalizados por el pasado”.
Este Sínodo ha sido acogido por el cardenal como un regalo extraordinario que recibe nuestra Iglesia local. Ha sido un regalo de tiempo, es decir, una oportunidad para reconectar con nuestras comunidades parroquiales, para invitar a la gente a la vida parroquial.
Todo comenzó con la escucha de las alegrías, las esperanzas, las penas y las angustias de los demás, que es la base del diálogo, la amistad y la vida comunitaria. La intención ha sido encontrarnos como hermanos y hermanas en Cristo en un mundo post-pandémico.
El papa Francisco convocó a todo el Pueblo de Dios a caminar juntos. La Iglesia en pleno fue invitada a este Sínodo titulado: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión” y la Iglesia respondió.
En cada parroquia comenzó este proceso de caminar juntos escuchando, dialogando, orando, discerniendo y tomando decisiones juntos con el propósito de proclamar el Evangelio de Jesucristo.
Sacerdotes, religiosos y laicos se escucharon mutuamente. La intención era sentirse presentes, escuchar y aprender unos de otros, crecer en intimidad con el Señor y su Iglesia.
“El resumen de las sesiones de escucha preparatorias del Sínodo que tuvieron lugar aquí en la Arquidiócesis de Washington confirmó que nuestro pueblo sigue creyendo en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento”, dijo el cardenal Gregory en marzo de este año.
Feligreses de las diversas parroquias participaron en actividades vinculadas al Sínodo de los obispos que se llevará a cabo en Roma en octubre de 2023. Se hicieron reuniones en el 2021 acorde con las recomendaciones del papa Francisco para encontrar, escuchar y discernir los requerimientos de las iglesias locales.
El “Sínodo sobre la sinodalidad” en la iglesia universal consta de tres etapas y va a concluir con la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en octubre de 2023.
El papa Francisco dio inicio al “camino sinodal” universal el 9 y 10 de octubre de 2021 en el Vaticano y cada iglesia local lo inició el 17 de octubre con su respectivo obispo.
Participaron sacerdotes y fieles en jornadas de oración, reuniones con catequistas, sesiones con delegados parroquiales y religiosos. Del 16 de febrero al 1 de abril de 2022 se realizaron las reuniones de revisión de los principales puntos discutidos durante las sesiones realizadas en las parroquias, luego se conformó un equipo para la redacción del informe arquidiocesano. Una vez concluido el proceso, las conclusiones se presentaron a la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
En la fase continental desde septiembre de 2022 a marzo de 2023 se dialogó a nivel de todo el continente. Se redactó un segundo documento antes de junio de 2023. La tercera y última fase corresponde a la iglesia universal. La secretaría general del Sínodo enviará a los participantes de la asamblea sinodal el texto del segundo "Instrumentum Laboris", quienes se van a reunir en el Vaticano en octubre de 2023.
La actitud de profunda apertura y de acogida al trabajo del Espíritu Santo, es clave en este proceso sinodal y un gran reto, dijo el cardenal Gregory subrayando que ese espíritu está constantemente presente en la iglesia y nace de un corazón abierto y en paz.
"Este proceso sinodal pretende involucrar a toda la iglesia en un momento de reflexión que subraye nuestra misión de evangelización", señaló insistiendo que debe hacerse en comunión uno con otro. "No estamos construyendo una nueva iglesia o doctrina, estamos pidiéndole al Espíritu Santo que nos guíe hacia el futuro", puntualizó.