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Padre de familia encara deportación y su familia queda a la deriva

Todo era felicidad en el hogar hasta que una multa de tráfico desencadenó una tragedia familiar: un padre de familia encara la deportación, mientras su esposa (con estatus legal) y cuatro hijos quedaron a la deriva, llorando por él y sin recursos.

El inmigrante salvadoreño Rubén Cruz (33), cansado después de una jornada de trabajo en construcción y apurado por llegar a casa y estar con su familia, iba manejando arriesgadamente a 15 millas por arriba del límite de velocidad en julio de 2023 en el puente de la Bahía en Annapolis.

Ante esa imprudencia, un oficial de policía lo detuvo, le dio una multa y la correspondiente citación en corte para el 26 de enero de 2024. Ese día Rubén llegó con un abogado, fue detenido y encara la deportación.

Rubén ya tenía un mal récord de conducir, con un DUI en 2015, el cual complicó más su caso. En ese entonces estuvo preso dos días y fue a clases de manejo.

Ahora, el juez le dio una sentencia de 20 días en la cárcel del condado de Queen Anne, Maryland, que cumplirá el 16 de febrero de 2024, cuando quedará a cargo de las autoridades de inmigración.

 Mientras tanto, su esposa Heidy Zapata (41) está en shock y desesperada buscando fondos para mantener a sus cuatro hijos y pagar al abogado que busca una vía legal para que Rubén no sea deportado.

"Es un buen hombre, responsable con su familia. Ha sido un padre para mis hijos. No nos ha faltado ni techo ni comida. Dios me ha bendecido con un gran hombre y por eso quiero luchar para que sigamos juntos y mis hijos crezcan con su padre", dijo Heidy de origen guatemalteco.

Vidas que se cruzan

Él cruzó la frontera en 2010, ella lo hizo sola en 1998 cuando era adolescente.

La patrulla fronteriza la detuvo y estuvo presa por tres meses hasta que un familiar la fue a buscar. No fue a la citación en corte y se quedó indocumentada.

Como Heidy llegó hace 25 años a Estados Unidos y tenía orden de deportación, su abogado reabrió el caso acogiéndose a un recurso de legalización para personas que llevan más de diez años en el país.

Esta inmigrante se amparó en que es madre de cuatro ciudadanos estadounidenses, mostró que no tiene récord criminal y que declaró sus impuestos con el número ITIN.

Estos casos de inmigración no son fáciles de ganar, pero ella lo logró. Le dieron permiso de trabajo en 2023 y pronto recibirá su tarjeta de residencia permanente.

Fue un premio a muchos años de trabajo y sufrimiento. "Vine a este país porque quería ayudar económicamente a mis padres. Pensaba en quedarme solo tres años y estudiar", le contó a El Pregonero.

Los años pasaron y no llegó a graduarse de secundaria. Su enfoque era trabajar y trabajar. Fue empleada en un restaurante y en tiendas de ropa, luego trabajó en un asilo de ancianos hasta que se dedicó a labores de limpieza.

Heidy, quien fue víctima de violencia doméstica, sacó adelante a sus tres hijos. También les enviaba dinero a sus padres, pero no pudo regresar a su país -ni cuando fallecieron- debido a su estatus migratorio.

"Es horrible, es lo peor que le puede pasar a uno. Dejé mi país cuando tenía 13 años y pensé que los iba a volver a ver, pero no pude ir cuando más me necesitaban, cuando estaban enfermos".

La alegría llegó a su vida hace ocho años cuando conoció a Rubén. Él ha sido un buen padre para los tres hijos de Heidy de 8, 10 y 16 años y para el hijo que tienen en común, el pequeño Ezequiel de tres años.

De Maryland se mudaron a Delaware, donde el costo de vida es más bajo. Heidy cuida de los niños y estableció su pequeña empresa de limpieza en 2022, mientras Rubén estaba trabajando en construcción con lo cual aportaba al hogar más de cuatro mil dólares al mes.

Otro sueño se hizo realidad cuando contrajeron nupcias en la Iglesia Católica en 2023.

De un día para otro, todo cambió por un delito de tráfico. En la desesperación, Heidy con su hijo mayor establecieron una cuenta en GoFundMe.com (bajo el nombre Heidy Zapata).

"Necesito su ayuda para pagar a un abogado para detener la deportación (de mi esposo). No he pagado mi alquiler, necesito comida y techo para mis hijos. Es todo lo que necesito. Por favor ayúdennos. Dios te pagará el doble".

Ya recaudaron $1.300 de la meta de 5 mil dólares.

Rubén llegará a la cárcel de inmigración el 16 de febrero y su abogado está solicitando que no lo deporten de inmediato, que un juez vea el caso y establezca una fianza. En este caso hay que demostrar el impacto severo que los hijos ciudadanos sufrirían en caso de que ocurra la deportación y gestionar la legalización considerando el estatus legal de la esposa.

"¿Qué voy a hacer si me falta comida, si me botan del apartamento? Ya sufrí violencia doméstica y me botaron del sitio donde vivía porque no tenía dinero para la renta. Se me viene a la mente que me puede ocurrir lo mismo", dijo Heidy.

"Mis hijos mayores consideran a Rubén su padre y los menores no pueden dormir esperando a su papá. El más pequeño no quiere comer porque siempre cenábamos juntos y pregunta a qué hora viene su papá. Si me lo deportan va a ser muy difícil para nosotros", dijo Heidy llorando.


 

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