El Manejo Integral de Residuos Sólidos es un programa muy popular en el campus de la Universidad Georgetown. Con la ayuda de los estudiantes todos los meses el personal de mantenimiento recupera toneladas de objetos para ser reciclados y responder de manera efectiva al llamado del papa Francisco para proteger el planeta que Dios nos entregó en calidad de préstamo.
En esa casa de estudios todos están comprometidos en convertir a la universidad en un ejemplo de sostenibilidad. El colombiano Juan Carrizales, quien el año pasado inició sus estudios en leyes, calificó de gratificante el comprobar que sus compañeros participan con alegría y responsabilidad en la separación de selectiva de latas de aluminio, periódicos, papeles, botellas plásticas, vasos de café hechos de papel, cartón, baterías, celulares viejos y hasta computadoras malogradas.
“Desde mi primer día en la universidad me sorprendí del compromiso de todos los estudiantes por cumplir con el concepto terrenal de las TRES R (reducir, reciclar y reutilizar) e implementar las recomendaciones surgidas de la encíclica Laudato Si que pide cuidar el planeta y no destruirlo. Estoy convencido que Dios nos dio este mundo para vivir dignamente y disfrutar de su belleza”, dijo Carrizales.
Señaló que gracias al programa todas las facultades, auditorios, espacios deportivos y dormitorios cuentas con pequeños puntos de acopio para reciclar los objetos que diariamente desechan los estudiantes en el campus universitario.
“De manera permanente los estudiantes recibimos mensajes para seguir contribuyendo a la sostenibilidad en la universidad y enfocarnos en tareas sustantivas para asegurar que estamos cuidando el planeta, la ‘Casa Común’ de la que siempre habla el papa Francisco”, manifestó el estudiante colombiano.
Es bueno destacar que los esfuerzos de sustentabilidad emprendidos por la Universidad Georgetown están reflejados en prácticas que promueven resultados positivos para las personas, el planeta y la prosperidad general, al igual que están alineados en la promoción del bien común.
Asimismo, las autoridades del campus universitario de Georgetown desempeñan un papel de liderazgo al abordar los desafíos críticos de sostenibilidad a través de su misión académica, huella física y operaciones financieras.
“La universidad adopta un enfoque integrado y holístico de la sostenibilidad, poniendo valor en un resultado final cuádruple: personas, planeta, prosperidad y propósito. Todos estamos guiados por nuestros valores católicos y jesuitas, y nuestro compromiso con el bien común”, se puede leer en uno de los muros de la entrada principal de recinto universitario.
Pero este tipo de programas y acciones no son aisladas. Por ejemplo, en las escuelas católicas pertenecientes a la Arquidiócesis Católica Romana de Washington el reciclaje se ha vuelto una rutina, pues todos están comprometidos en hacer su parte por el planeta, reciclando todo lo que pueden a diario para que se envíe menos a los vertederos.
Definitivamente, se ha vuelto más fácil de reciclar porque ya existen contenedores diseñados para hacer más fácil la tarea, como lo recomienda el “Plan de Acción local de Laudato Si” impulsado por el cardenal Wilton Gregory.
