En una reunión nacional con ocasión del centenario del Consejo Nacional de Mujeres Católicas (NCCW), el arzobispo de Washington, cardenal Wilton Gregory, agradeció a las mujeres por el siglo de compromiso con la Iglesia Católica.
En su homilía, durante la conferencia nacional del grupo, el 26 de agosto, el cardenal Gregory dijo que, al igual que san Timoteo, que "tuvo suerte porque encontró a Loida y Eunice", su abuela y su madre respectivamente, quienes le guiaron en la fe. "Fueron muy buenos ejemplos, y nosotros, sacerdotes y obispos, tenemos suerte de tenerlas", dijo el cardenal a las participantes que conforman el NCCW.
La conferencia, realizada en el Hotel Marriott Crystal Gateway de Arlington, Virginia, congregó a cientos de mujeres que representaban a las afiliadas de todo el país. El salón del hotel donde se celebró la misa estaba decorado con globos de "Feliz cumpleaños".
Entre los concelebrantes estaban el obispo William A. Wack de la Diócesis de Pensacola-Tallahassee, Florida, enlace episcopal entre el NCCW y la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos; el obispo Joseph G. Hanefeldt de Grand Island, Nebraska, y más de dos decenas de sacerdotes.
Relacionando las actividades de las mujeres con un pasaje de la segunda carta de san Pablo a Timoteo, el cardenal Gregory explicó que "Pablo le dice a su joven colega que su propia fe es una herencia que recibió de su abuela Loida y de su madre Eunice. Los dones que Timoteo aportó a su ministerio en Éfeso, los encontró en las mujeres de su propia vida cuyos dones de la fe le habían inspirado".
"Nosotros, sacerdotes y obispos, tendríamos que reconocer también la deuda de gratitud por los dones de la fe que hemos encontrado en nuestras propias vidas a través del extraordinario testimonio de madres, hermanas, abuelas, y de ustedes, nuestras colegas del Consejo Nacional de Mujeres Católicas. Su devoción a la misión de Cristo nos inspira a ser más fieles, afectuosos y dedicados al servicio de la Iglesia".
La conferencia del 25 al 28 de agosto también contó con un discurso sobre el tema "Las mujeres perseveran en la fe", a cargo de Gloria Purvis, que realiza un podcast a través de America Media. Otros conferencistas fueron el obispo Wack y Ana Lisa Piñón, directora de formación en la fe y evangelización de la Diócesis de Arlington.
La homilía del cardenal Gregory reconoció la tendencia humana a querer abandonar la fe cristiana a la luz de los muchos escándalos recientes, tanto en la Iglesia como en la nación. "¿No son estos nuestros propios desafíos hoy en día: permanecer fieles a la misión y a las enseñanzas de Jesucristo a pesar de las conmociones devastadoras?", preguntó.
Las oraciones de los fieles en la liturgia, incluyeron peticiones por las víctimas de las inundaciones e incendios forestales de las últimas semanas en Estados Unidos, el terremoto en Haití, el desmoronamiento del gobierno de Afganistán y las noticias de esa mañana de dos atentados terroristas cerca del aeropuerto de Kabul.
El cardenal reconoció que "hemos visto tal devastación y pérdida de vidas que casi todo el mundo se ha horrorizado, si no escandalizado, por la escena. Sin embargo, a partir de nuestro asombro, hemos empezado a responder como el pueblo de fe que estamos llamados a ser. Actualmente nos estamos preparando para acoger a personas como nuevos vecinos y miembros de nuestras propias comunidades en muchas situaciones.
"Hemos aportado fondos, recogido alimentos y ropa, enviado soldados, policías, personal médico y todo tipo de voluntarios a estas regiones para ayudar en la respuesta", continuó el cardenal Gregory. "Hemos hecho estas cosas como miembros de la casa de fe, como seguidores del propio Cristo Jesús. Intentamos ser fieles a la misión del Señor Jesús, como Pablo instó a sus colaboradores, incluido su compatriota el joven Timoteo, y seguramente todos nosotros también".
Elogió a las delegadas y a todas las mujeres católicas que, a lo largo de la historia de la Iglesia en Estados Unidos, "han estado en el corazón y alma de nuestros esfuerzos. Ustedes han, como en tantas otras ocasiones, reunido a la Iglesia para emprender las obras de caridad y servicio".
El arzobispo de Washington dijo que las mujeres han hecho más visible el rostro de Cristo a través de sus obras de compasión.
"En Chicago, Belleville, Atlanta y ahora aquí, en la Arquidiócesis de Washington, donde he tenido la bendición de servir como obispo, siempre he encontrado a las mujeres miembros del NCCW entre las primeras y más generosas servidoras de la misión de Cristo", dijo el cardenal. "Desde las actividades locales y parroquiales cotidianas hasta las obras de amor extraordinarias, ustedes tienen una herencia de generosidad que enorgullecería a San Pablo y a la iglesia de nuestros tiempos. En verdad, estaríamos irremediablemente disminuidos sin la presencia del Consejo Nacional de Mujeres Católicas en las innumerables obras de caridad y los tesoros espirituales que tan generosamente proporcionan a la Iglesia".
Según la página web del Consejo Nacional de Mujeres Católicas, la organización está formada por miles de mujeres católicas y organizaciones femeninas católicas afiliadas en parroquias y diócesis de todo Estados Unidos.
El NCCW fue fundado en 1920 por los obispos católicos de Estados Unidos y ofrece a sus miembros espiritualidad, liderazgo y oportunidades de servicio, programas y recursos. El grupo creó el Fondo Agua para la Vida para apoyar el trabajo de Catholic Relief Services (CRS) y ha trabajado con grupos y religiosas estadounidenses para acabar con el tráfico de personas. Durante el Año Jubilar de la Misericordia, entre diciembre de 2015 y noviembre de 2016, los miembros del NCCW realizaron más de 2 millones de obras de misericordia espirituales y corporales.