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CRS ha prestado ayuda a 1,7 millones de personas en Gaza desde 2023

Palestinos se congregan para recibir alimentos de un comedor social en medio de una crisis de hambre en el centro de la Franja de Gaza, el 29 de julio de 2025. Foto/OSV/Hatem Khaled, Reuters

A pesar de enormes dificultades, Catholic Relief Services (CRS) y sus socios sobre el terreno han logrado prestar ayuda a 1,7 millones de personas en Gaza desde 2023, según datos recientes.

El 29 de julio, CRS, la agencia oficial de ayuda y desarrollo de la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos, informó a sus coordinadores diocesanos sobre los esfuerzos para proporcionar asistencia esencial a la población de Gaza, donde CRS ha mantenido una presencia continua desde 1984.

En medio de "graves limitaciones de acceso y bloqueos de la ayuda", CRS, con sede en Baltimore, y sus socios han logrado suministrar artículos de primera necesidad y apoyo psicosocial, según escribió en un correo electrónico Jesús J. Huerta, asesor diocesano de CRS, indicando que la agencia "movilizó suministros desde Egipto y Jordania" tras "la reciente pausa humanitaria".

Israel impuso un bloqueo de ayuda de 11 semanas a partir de marzo, en un intento de presionar a Hamás para que liberara a los rehenes israelíes que quedaban secuestrados tras el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023, que desencadenó la guerra actual. A finales de mayo, se reanudó la distribución de ayuda bajo la controvertida Fundación Humanitaria de Gaza (GHF por sus siglas en inglés), una iniciativa conjunta de Estados Unidos e Israel. La GHF ha sido objeto de críticas internacionales por los problemas de seguridad que rodean sus puntos de distribución, que, según se ha informado, han provocado numerosas víctimas mortales.

Israel también ha iniciado entregas aéreas de ayuda sobre Gaza, pero los grupos humanitarios los han calificado de peligrosos e ineficaces.

Huerta afirmó en su correo electrónico que "décadas de trabajo con las comunidades, la Iglesia católica local y nuestros socios en Gaza y la región han hecho posible una respuesta (de CRS) rápida, flexible e impactante".

Asimismo, señaló que "nuestro personal y nuestros socios continúan operando bajo grave riesgo".

Desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás, más de 60.000 palestinos han muerto, según el Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás. Unos 1.200 israelíes han muerto y más de 5.400 han resultado heridos. De los 251 rehenes israelíes tomados por Hamás el 7 de octubre, 50 permanecen en cautiverio, se cree que solo 20 siguen con vida y se ha confirmado la muerte de 83 rehenes hasta la fecha. Más de 100 fueron liberados a finales de 2023; ocho fueron rescatados por las fuerzas israelíes.

La Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (CIF por sus siglas en inglés), una iniciativa de medición de un consorcio global de organizaciones y agencias de seguridad alimentaria, entre ellas CRS, ha advertido que Gaza corre riesgo de hambruna, con niveles graves y críticos de desnutrición aguda en toda esta región densamente poblada. Los bloqueos cada vez más estrictos por parte de Israel han empeorado drásticamente las condiciones, según la CIF.

En una hoja informativa adjunta al correo electrónico de Huerta, CRS indicó que las prioridades actuales de su programa son alojamiento y vivienda seguros y dignos; agua, saneamiento e higiene; apoyo psicosocial; y la asistencia a las iglesias socias en Gaza, que gozan de la confianza de la comunidad y tienen fuertes vínculos con las comunidades locales.

Tras señalar que sus iglesias socias en Gaza sirven como refugios temporales para aproximadamente 400 personas, CRS afirmó haber suministrado artículos de higiene, asistencia en efectivo, ropa, lonas y otros bienes humanitarios según disponibilidad.

Entre la ayuda que CRS ha proporcionado desde 2023:

-- Asistencia para el alojamiento (incluyendo ropa de cama, suministros básicos, lonas, tiendas de campaña y kits de reparación de alojamientos) a 341.790 personas.

-- Agua potable, letrinas, kits y suministros de higiene y saneamiento a 500.268 personas.

-- Apoyo psicosocial a 10.399 niños, niñas y adolescentes, y a 1.333 cuidadores.

La hoja informativa incluía un nuevo informe elaborado por CRS y dos organizaciones humanitarias internacionales, Save the Children y Mercy Corps, titulado "Mercados bajo fuego", que evaluó las condiciones del mercado en Gaza y su impacto en la seguridad alimentaria y la ayuda humanitaria.

Liderado por Save the Children, el informe de julio de 2025 marca la segunda fase de un análisis realizado inicialmente por las tres agencias --que son "tres de los principales actores económicos en Gaza", señala el informe-- en agosto y septiembre de 2024.

El último informe reveló que "alrededor del 70% de las estructuras" en Gaza se encuentran dañadas y que "las zonas urbanas clave se encuentran en gran medida inoperativas".

Más del 86% de Gaza se encuentra dentro de la "zona militarizada israelí", lo que ha hecho inaccesibles los principales centros comerciales, según el informe.

Además, el 83% de las tierras de cultivo y el 95% de las tierras agrícolas --estas últimas abarcan usos más amplios, como el pastoreo de ganado-- han quedado "dañadas o inaccesibles", según el informe. La producción agrícola se ha desplomado en más del 80%.

El número de cabezas de ganado ha disminuido, ya que los propietarios se han visto obligados a sacrificar sus rebaños debido al coste del forraje, según el informe.

En general, "el sistema alimentario se ha colapsado debido al bloqueo, la destrucción de los activos productivos y los saqueos", afirmó el informe.

Los datos muestran que, en junio de 2025, "el consumo de alimentos, la diversidad alimentaria y el acceso a los alimentos se han deteriorado considerablemente", con un 79% de los hogares con "bajos índices de consumo alimentario" y un 98% recurriendo a "estrategias de supervivencia extremas, como saltarse comidas y reducir las raciones".

Al mismo tiempo, "algunos productos básicos han subido más de un 3000% de precio", según el informe, que añade que "los hogares siguen dependiendo de los mercados, pero se enfrentan a una grave escasez de suministro y a precios inasequibles".

La inflación exponencial en Gaza se extiende también a los bienes duraderos, y un solo neumático de vehículo cuesta "hasta 17,000 dólares", según el informe.

Desde el punto de vista económico, Gaza sigue experimentando una "crisis de liquidez multifacética", que incluye "la disminución del poder adquisitivo de los consumidores, la escasez de moneda física utilizable y las graves restricciones de capital que limitan la capacidad de los proveedores para reponer sus existencias", según el informe.

Como resultado, las organizaciones humanitarias "utilizan cada vez más monederos electrónicos y transferencias móviles para la asistencia en efectivo", pero estas estrategias son "soluciones parciales debido a la economía basada en el efectivo de Gaza, los recurrentes cortes de electricidad y de red, y el aislamiento forzado de su sistema financiero", señala el informe.

"Las plataformas de control de precios dirigidas por los ciudadanos y las prácticas informales como el trueque y los intercambios entre pares" han surgido en respuesta a esto, mientras que la regulación formal del mercado "se ha derrumbado bajo el bloqueo y el conflicto, lo que ha llevado a una inflación severa, fluctuaciones de precios y una menor competencia", según el informe.

"Este entorno exacerba la desigualdad y socava la integridad del mercado", afirmó el informe. "La ausencia de seguridad, orden público y acceso predecible fragmenta el mercado, alimenta la especulación y da pie a la manipulación de precios".

El acceso a la energía en Gaza se ha colapsado, con la red eléctrica fuera de servicio y un suministro insuficiente de combustible a la región entre marzo y junio, lo que obliga a los residentes a depender de alternativas poco fiables y peligrosas, como baterías de coche, leña, paneles solares y plástico incinerado. La mayoría de los hogares tienen menos de cuatro horas de electricidad al día.

Los sistemas formales de transporte y comunicación se han visto debilitados, y el transporte público es ahora casi inexistente y depende de carretas tiradas por burros.

Sin embargo, la magnitud de estos desafíos no ha disuadido a CRS ni a sus socios, según la agencia en su hoja informativa.

"En estos tiempos de miedo, CRS trabaja con sus socios para defender la dignidad humana, incluso en medio de bombardeos y desplazamientos continuos", declaró la agencia.



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