La adicción a la tecnología es real y se ha expandido, más aún, con la pandemia, alcanzando también a las familias católicas centradas en la fe. Los síntomas son: aislamiento social, desatender las actividades diarias, dependencia digital, aumento descontrolado del tiempo de uso, sentimientos de tristeza e irritabilidad, reducción de las horas de sueño, extrema necesidad de estar informado, deseo de poseer la última tecnología y dependencia de las redes sociales.
Así lo explicó Carla Ferrando-Bowling, administradora de la parroquia San Juan Evangelista de Hyattsville y presidenta de la Federación Nacional Hispana de la Pastoral Familiar, durante la charla "Nuevas tecnologías y la influencia en la familia" para padres realizada el 5 de enero en la parroquia Cristo Rey de Silver Spring, Maryland.
Durante la misa previa, el párroco Esteban Carter, reconoció que es un tema importante para los padres de familia, instándolos a participar.
"Hay una preocupación enorme por la salud mental de nuestros hijos, después de la pandemia del COVID-19. Es increíble cómo las familias se están destruyendo por las tecnologías", dijo Isidra Molina, directora de educación religiosa y asistente pastoral en Cristo Rey.
Compartió la experiencia de dos mujeres inmigrantes que fueron abandonadas por sus respectivos esposos y padres de sus hijos, luego de que los hombres se pusieran a conquistar chicas jóvenes en Facebook. Se especula que las mujeres les enviaron fotos semi-desnudas, buscando estabilidad económica y/o migratoria, entonces propiciaron el divorcio.
Isidra instó a los padres y madres serios y responsables a que usen las nuevas tecnologías con moderación y supervisen el uso que sus hijos hacen de las mismas.
Carla se refirió a los teléfonos, tabletas, computadoras (fijas o portatiles), video juegos, como fuentes de información y entretenimiento, pero que si son mal utilizados perjudican al individuo y la familia.
El caso extremo es la adicción que induce a la persona a alejarse del contacto directo con los demás. "Los chicos tienen amigos de cristal en Facebook, X, Instagram y no saben socializar en la vida real", dijo Carla explicando que en ese aislamiento se da el uso de pornografía.
Al desatender las actividades diarias, de estudio y trabajo, al adicto se le olvida o pierde interés en comer y bañarse, todo por el afán de estar conectado constantemente. "La dependencia digital es tal que el teléfono celular se entromete en medio de la pareja", afirmó sobre un fenómeno que suscita el descuido de las responsabilidades de niños y adultos, infidelidad en la pareja y la destrucción del matrimonio.
Carla insta a preguntarnos: ¿Este aparato me define a mi como persona o es una herramienta, un complemento, que me va a ayudar en mi vida diaria?
La recomendación en estos casos extremos es acudir a terapia, buscar asesoramiento de profesionales de salud mental para cortar la adicción y volver a la vida normal.
"Los padres deben poner reglas, límites, en el uso de las tecnologías en casa. Ejerzan su autoridad, establezcan cuándo y dónde usar los aparatos, programen las horas de conexión. Ustedes tienen el control, ejérzanlo", dijo.
Igualmente, los padres pueden poner filtros gratis a todos los aparatos conectados al internet. Pregunte a su proveedor de servicio.
Hay que tomar conciencia de que los creadores de contenido hacen material altamente atractivo, que no es necesariamente real, porque les pagan para hacer publicidad o para orientar a los votantes, a la opinión pública, o buscan lucrar con el alto número de visitas o me gusta (likes). "Los especialistas en persuadir están al acecho en línea", explicó Carla.
"La tecnología es buena porque tenemos información al alcance de la mano y nos ayuda a comunicarnos, pero el problema es el abuso y mal uso de esta", advirtió Carla subrayando que lo más importante es la comunicación cara a cara con los hijos, familiares y amigos.
En la charla se destacó que se debe mantener con los hijos una comunicación abierta y con amor, hablar de estos temas en familia, no sentirse avergonzados de pedir ayuda para que cese la adicción.
La iglesia Cristo Rey (2301 Colston Dive, Silver Spring, Maryland) ofrece misa en español los sábados a las 5:30PM y los domingos a las 11:30AM. El primer viernes del mes realizan una misa de sanación a las 7PM, en la cual el padre Carter impone las manos en un ambiente de música y meditación, luego ofrecen una charla a padres y un convivio. Inf: (301)495-2306.