Estamos polarizados porque es rentable en los medios masivos, la regulación -como solución- y mantener el diálogo con personas diferentes es lo que puede acercarnos, dijeron líderes durante la reciente charla “Enlaces rotos: ¿Cómo los silos mediáticos socavan la solidaridad social?” auspiciada por la Universidad Georgetown.
La moderadora de la charla, Anna Gordon, subrayó que "los modelos de negocio de la mayoría de las plataformas digitales premian la indignación, el miedo y la división".
Afirma que los incentivos económicos de las plataformas mediáticas dan forma al tono del contenido en el discurso público.
Los participantes ahondaron en cómo el actual panorama mediático estadounidense alimenta la fragmentación política, religiosa y social en Estados Unidos, y cómo es posible construir una cultura de fraternidad en el momento actual. SE reflexionó sobre las alternativas para reorientar esos incentivos hacia la verdad, la misericordia, la solidaridad y el diálogo.
"La razón por la que estamos polarizados es porque resulta muy rentable y fácil de vender y puedes deslizarte hacia uno de los lados de esa polarización y pulsar el botón ‘me gusta’ y ‘suscribirse’ una y otra vez", dijo el escritor y activista cívico Pete Davis, centrado en fortalecer la democracia y fomentar la solidaridad.
¿Qué hacer?
Cree que esa polarización se puede reducir, pero la solución "no es ser tímido" sino debatir sobre los temas opuestos como lo urbano frente a lo rural, el neoliberalismo frente al anti-corporativismo. Así, "no solo se crea divisiones nuevas y sorprendentes, sino que se crea una nueva y sorprendente solidaridad entre personas que trascienden las divisiones de la gran polarización gigante de nuestro tiempo", dijo quién es cofundador de “Democracy Policy Network”, que promueve ideas para profundizar la democracia.
Considera que, si participamos en múltiples polarizaciones, aflojamos el control de cualquier polarización previa. "En el lugar donde surgen las nuevas y extrañas categorías, se encuentra el sorprendente ámbito del mundo real".
Los canales de TV proyectan las historias de un modo encasillado, conservador o liberal, en el cual el lector o televidente se identifica y ya ni se sorprende -dijo. Piensa que lo real surge en la calle o en el club y "descubres que hay personas que ven las cosas de una forma muy diferente" y que hay "una mezcla de opiniones". Uno se da cuenta de que estamos de acuerdo en otras cosas y podemos trabajar juntos en ello. "Entonces ocurre la magia, la sorpresa definitiva que es: la amistad", dijo Davis.
Recomendó un libro de herramientas para la convivencia en el cual se lee: "Es en la sorpresa radical de la amistad donde continuamos la obra de la encarnación. La amistad es la base de la política, de donde surge la política y todo lo que ocurre en el mundo real con personas reales sorprendentes".
José Manuel de Urquidi, fundador de Juan Diego & Company, argumenta que lo que hace la mayoría de la gente en Internet, los influencers, el algoritmo, es propiciar más visitas en YouTube y redes, mostrando la agresión a otros y exaltando la indignación. “Sí, se obtienen más visitas y te pagan más. Los incentivos económicos están ahí y la respuesta a eso es, por supuesto, la regulación”, destacó.
Dijo que, en este contexto de las nuevas tecnologías, el propio papa León XIV insta a poner al ser humano en el centro.
De Urquidi tiene una empresa que conecta a organizaciones católicas con los hispanos a través de estrategia, creación de contenidos y mercadeo. Fue delegado en el Sínodo sobre la Sinodalidad y es asesor de la USCCB y la CELAM sobre evangelización digital.
Explicó que la tecnología está avanzando rápidamente y en esta nueva era estamos empezando básicamente con ChatGPT y una red social que es 100 por ciento videos, IA.
Christine Emba, investigadora del “American Enterprise Institute” (AEI) dice que para difundir la verdad y propiciar el diálogo hay que volver la mirada hacia atrás. “En lugar de mirar tu teléfono mientras estás en la cola de Starbucks, simplemente levantas la vista y hablas con la persona que está a tu lado en la fila. Quizá los primeros pasos para mucha gente son los pasos que antes se daban de forma casi natural, antes de tener el teléfono. Quizás pedirle a alguien que te dé indicaciones en lugar de mirar Google Maps”.
Tenemos que “aumentar la confianza y valentía para interactuar con otras personas y salir de nuestra zona de confort”, dijo quién es colaboradora del New York Times y profesora del Instituto SNF Agora de la Universidad Johns Hopkins.
El dialogo puede verse en: http://youtube.com/live/6H9-enIYCak

 
		 
 
		 
					 
		 
		