En una iglesia llena un lunes por la noche en Roma, solo dos días antes de que comenzara el cónclave para elegir a un nuevo Papa, el cardenal Robert W. McElroy, arzobispo de Washington, compartió una confidencia: "No tengo ninguna conjetura" sobre quién será el elegido.
Como muchos cardenales lo hicieron el día anterior, el cardenal McElroy celebró la misa el 5 de mayo en su iglesia titular en Roma, la parroquia de San Frumencio. Tener el "título" de la parroquia convertía al cardenal en un miembro del clero de Roma en un sentido simbólico y lo conectaba con los tiempos antiguos, cuando los cardenales que elegían a los Papas eran pastores de las parroquias de la ciudad.
En la breve homilía del cardenal en italiano, se refirió a la primera lectura, Hch 6,8-15, que narra las acusaciones hechas contra san Esteban, el primer mártir cristiano.
En dos días, dijo el cardenal, "los otros cardenales y yo entraremos en el cónclave para elegir un nuevo obispo para esta ciudad que conoció a miles y miles de mártires".
"Rezamos para que el nuevo Papa conduzca a las personas a una fe más profunda y a una relación más cercana con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo", dijo.
El padre Marco Vianello, párroco de San Frumencio, habló al final de la misa y, entre aplausos, le dijo al cardenal McElroy: "No podemos votar en el cónclave. Pero si pudiéramos, votaríamos por ustedes".
Después de 10 reuniones de la congregación general del Colegio Cardenalicio, cuando los miembros discuten las necesidades de la Iglesia y las cualidades que debería tener el próximo Papa, el cardenal McElroy dijo que "se me ha hecho cada vez más claro cuán profundo y misterioso es este proceso, encontrar un sucesor de Pedro que satisfaga las necesidades del presente".
"No puedo darles ninguna idea de quién está por delante", continuó el cardenal. "No porque no pueda hacerlo por mi promesa, aunque no puedo, sino porque no tengo ninguna conjetura".
El cardenal McElroy dijo a los feligreses que entrar en el cónclave para elegir a un nuevo Papa "es una tremenda responsabilidad y también un gran misterio", sin embargo, les garantizó que todos los cardenales están comprometidos a elegir al mejor nuevo obispo para la Diócesis de Roma y pastor de la iglesia universal.
Dirigiéndose a las tres docenas de adolescentes sentados en las últimas filas del coro adyacente al santuario, el cardenal dijo que el amor y la preocupación por los jóvenes han estado en el centro de las oraciones de los cardenales y que "están luchando con lo que la Iglesia necesita" para ayudarlos a ellos y a todas las personas a sentirse como en casa en la Iglesia.
