En el área de Langley Park (MD), numerosos inquilinos —muchos de ellos sin un estatus migratorio regular— soportan en silencio fallas constantes en los sistemas de calefacción, filtraciones de agua y la falta de limpieza en los edificios donde viven. El temor a represalias, por parte de los propietarios, incluido el riesgo de ser denunciados ante las autoridades migratorias, ha generado una cultura de miedo y silencio lo que los hace más vulnerables.
La ley garantiza el derecho a una vivienda segura y en condiciones mínimas de salubridad; sin embargo, el clima de redadas y la amenaza de deportación desalientan a muchos residentes de presentar quejas formales.
“Prefiero soportar en silencio, tengo miedo de que llamen a la migra”, confiesa Helda R., una madre hondureña que recientemente tuvo que llevar de urgencia a su hija de siete años al hospital debido a un severo cuadro de asma, presuntamente agravado por la falta de calefacción en su apartamento.
Las denuncias de negligencia provienen de centros habitacionales como Victoria Station, Bedford Station, University Gardens y Evergreen Terrace Apartments, entre otros. Los inquilinos, de manera anónima, aseguran que los administradores ignoran sus reclamos o responden con amenazas veladas.
“Antes decían que vendrían a reparar, ahora me dicen: si no me gusta, que me mude. Pero no tengo dinero ni quiero arriesgarme a que me reporten con el Servicio de Inmigración”, añade Helda.
La historia se repite en el caso de Carmen B., salvadoreña que desde hace tres años reside en Langley Park. Lleva más de tres meses con una filtración de agua en el techo y aún no recibe atención por parte de los encargados del complejo habitacional. “No sé cómo vamos a pasar este invierno con la filtración y la calefacción fallando. Nos reunimos entre vecinos, pero muchos tienen miedo de que nos cancelen los contratos o llamen a ICE. Con las redadas, nos sentimos atrapados en nuestros propios apartamentos”, afirma.
Organizaciones comunitarias como CASA Maryland han redoblado sus denuncias contra lo que consideran abusos de propietarios y administradores. Aseguran que cientos de familias migrantes viven bajo amenazas de desalojo injustificado y en condiciones precarias. En la primera quincena de noviembre, la organización lanzó en Maryland la campaña “Valientes de EEUU”, con la que exige liderazgo estatal para proteger a los inmigrantes frente a prácticas que califican como autoritarias.
“Esta comunidad es valiente porque, aun con miedo, sigue adelante enfrentando los excesos de agentes que acosan a familias trabajadoras que solo quieren vivir seguras y en paz”, expresó Crisaly De Los Santos, directora de CASA en Baltimore Central Maryland.
Mientras tanto, en Langley Park, la incertidumbre persiste. Para muchos inquilinos, quejarse es un lujo que no pueden permitirse.
