La salud del suelo continúa relegada en las políticas climáticas internacionales a pesar de su enorme potencial para mitigar el cambio climático, según un informe publicado por la Comisión Mundial de Derecho Ambiental (CMDA) de la UICN, Aroura y el movimiento Save Soil con motivo del Día Mundial del Suelo.
El documento concluye que los países no están priorizando la restauración del suelo en sus estrategias climáticas, a pesar de que este recurso podría aportar hasta el 27 % de las reducciones necesarias para limitar el calentamiento a 2 °C.
El análisis revela que la capa superficial del suelo almacena 2.822 gigatoneladas de carbono, un 45 % más de lo estimado previamente, lo que confirma su relevancia como sumidero de carbono. Sin embargo, el 70 % de los países no incorpora medidas de restauración del suelo en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) de cara a la COP30.
También se alerta de que el 40 % de la superficie terrestre está degradada, un porcentaje que la FAO proyecta que podría elevarse al 90 % en 2050. Esta degradación amenaza con liberar 4.810 millones de toneladas de CO₂ al año, una cifra similar a las emisiones anuales de Estados Unidos. Solo un 1 % del carbono almacenado en los suelos europeos equivaldría a las emisiones de 1.000 millones de automóviles.
Financiamiento insuficiente y negociaciones estancadas
Un análisis complementario de Save Soil, titulado “COP30: Un punto de inflexión para la acción climática, pero donde la agricultura y los suelos se quedan atrás”, que se publicará este viernes, coincide en señalar que los sistemas de financiación y las negociaciones sobre suelos avanzan “muy por detrás” de lo necesario.
El “Veredicto político para la COP30” del movimiento ciudadano advierte que los 9.000 millones de dólares comprometidos para agricultura y sistemas alimentarios son “muy insuficientes” en comparación con los 11 billones de dólares anuales que se estima que valen los servicios globales del suelo. Además, el eje de agricultura de la COP30 volvió a cerrarse sin acuerdos, lo que podría retrasar la adopción de nuevas medidas hasta 2026.
“La COP30 fue un punto de inflexión para la coordinación global, pero expuso una falla crítica: la persistente marginación del suelo mundial”, señaló Praveena Sridhar, asesora principal de políticas y ciencia del Movimiento Save Soil.
Agregó que, pese a que existe evidencia científica y propuestas claras, “sin vías accesibles para una inversión a gran escala, los suelos seguirán excluidos de las soluciones climáticas”.
Un Marco Global para la Seguridad del Suelo
El informe introduce el Marco de Seguridad del Suelo, que organiza la acción en cinco pilares: capacidad, condición, conectividad, capital y codificación, para impulsar políticas públicas que integren plenamente los servicios ecosistémicos del suelo en la acción climática.
El avance político en esta materia ha comenzado a crecer: en 2025 la UICN adoptó la Resolución 007 para desarrollar un Instrumento Jurídico Global para la Seguridad del Suelo, sumándose a la Ley de Monitorización del Suelo de la UE y a la Ley Modelo Panafricana. Save Soil insta a que en 2026 las negociaciones climáticas de la ONU otorguen mayor protagonismo al suelo y refuercen las iniciativas regionales.
