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Líderes reflexionan sobre el punto de vista católico latino en la vida pública de Estados Unidos

Los panelistas hablan en la Reunión de Líderes Latinos, titulada "La Voz Católica Latina en Una Nación Dividida: Caminos a Seguir en Tiempos Difíciles", en la Universidad de Georgetown, el 14 de mayo de 2025. Foto/OSV/Rafael Suanes, cortesía GU

Un seminario en la Universidad de Georgetown puso en el centro de atención a las comunidades latinas y reflexionó sobre el papel de los católicos hispanos en la vida pública de Estados Unidos, destacando sus contribuciones distintivas, oportunidades, y desafíos en el entorno político polarizado que enfrenta la nación.

En una reunión celebrada el pasado 14 de mayo, titulada "La Voz Católica Latina en Una Nación Dividida: Caminos a Seguir en Tiempos Difíciles", los panelistas participaron en una dinámica sesión de preguntas y respuestas, moderada por Christian Soenen, gerente de proyectos de la Iniciativa sobre Pensamiento Social Católico y la Vida Pública de Georgetown. Entre los líderes católicos presentes en el panel estuvieron Santiago Ramos, editor ejecutivo de Wisdom of Crowds; Claudia Ávila Cosnahan, directora de misión y asociaciones en Commonweal Magazine; Amirah Orozco, estudiante de doctorado en el Departamento de Teología de la Universidad de Notre Dame; y Hosffman Ospino, profesor de ministerio hispano en la Escuela de Teología y Ministerio Clough de Boston College.

A la luz de la histórica elección del papa León XIV, no solo como el primer agustino, sino también como el primer pontífice nacido en Estados Unidos, quien obtuvo la ciudadanía peruana en el 2015 después de décadas de trabajo en ese país, Ramos señaló que la vida del pontífice "nos obliga a ver que la experiencia estadounidense siempre ha sido plural, siempre ha sido diversa".

Ramos indicó que esto contrasta con la ideología política que parece dominar actualmente, cuya consigna podría resumirse como: "Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser fácil de entender", o "Hagamos que Estados Unidos sea simple otra vez".

Al destacar la doble ciudadanía del papa León XIV, Ávila Cosnahan expresó su esperanza de que este nuevo pontificado pueda brindar oportunidades no solo para los católicos latinos en Estados Unidos, sino también para los estadounidenses en general: "para examinar qué significa vivir entre dos culturas, tener dos culturas que coexistan dentro de uno mismo".

Cuando se le preguntó a Orozco -- quien ha escrito sobre cómo los movimientos dentro de la Iglesia y los movimientos sociales se refuerzan mutuamente, particularmente en el contexto del Sínodo sobre la Sinodalidad del papa Francisco -- cómo la misión y la participación ayudan a aplicar la doctrina social de la Iglesia en la vida pública, ella habló sobre la cultura del encuentro promovida por el papa Francisco, describiéndola como "la belleza de la sinodalidad, y también como aquello que asusta a la gente de la sinodalidad".

Ávila Cosnahan también compartió cómo, cuando trabajaba en el ministerio parroquial, las conversaciones que mantenía con los grupos en español (principalmente inmigrantes) y en inglés (sus hijos) solían ser diferentes. Agregó que la Iglesia necesita enfocarse en responder a ambos, para que las generaciones más jóvenes no se sientan perdidas.

"Siempre ocurría que, en el grupo en inglés con los latinos de segunda generación, las conversaciones siempre derivaban en temas de justicia social", así como en la inclusión en la Iglesia, agregó. "Mientras que, en nuestras reuniones en español con poblaciones inmigrantes, explorábamos más bien temas relacionados con su experiencia migratoria, ¿verdad? Porque intentaban explorar la espiritualidad de lo que han vivido".

Argumentó que la formación en la fe y el ministerio deben estar orientados al liderazgo, "hacia algún tipo de respuesta".

"No solo venimos a experimentar una forma de meditación o una hora de reflexión o a aprender algún tema teológico del día, sino que vengo a sentirme empoderada, a conocerme a mí misma y a las personas que me rodean, y a sentir curiosidad por el mundo que me rodea", afirmó.

Por su parte, Ospino -- líder de las iniciativas Haciendo Caminos y Nuevo Momento, que se enfocan en desarrollar el liderazgo ministerial hispano/latino, y que describió como proyectos que ayudan a crear una cultura de la vocación -- explicó cómo, a medida que los líderes católicos emergen de estos programas, contribuyen a la voz pública de la Iglesia sobre temas que son centrales en la enseñanza social católica.

"Cuando hablamos de una cultura de la vocación, hablamos de discernimiento, hablamos de cómo nos entendemos a nosotros mismos como individuos y como miembros de una comunidad", añadió Ospino.

En esta doble dinámica, la individual y la comunitaria, explicó que lo primero implica discernir quiénes somos en Estados Unidos: "¿Somos inmigrantes? ¿Somos ciudadanos? ¿Somos bilingües? ¿Biculturales? ¿Latinx? ¿Latinos? ¿Hispanos? Y así sucesivamente". Mientras que lo segundo, añadió, implica saber quiénes somos junto al resto de la comunidad católica, incluidos católicos europeos, afroamericanos, y asiáticos.

"Estas dos dinámicas son clave para que la comunidad latina discierna esta vocación hacia el compromiso público: desde un lugar particular pero también entendiéndonos como comunidad", expresó Ospino.

Sin embargo, Ospino también advirtió que, a menos que enfrentemos dos preguntas -- "¿Realmente creemos que tenemos una voz en la esfera pública?" y "¿Reconoce la Iglesia, como institución y como comunidad, la vocación de los latinos/latinas hacia la vida pública?" -- la voz pública de los latinos seguirá siendo marginada en muchos sectores, tanto en la Iglesia como en la sociedad.

Ospino también destacó tres elementos que podrían integrarse en el discernimiento sobre una visión pastoral-política latina orientada a la acción. El primero, señaló, es "la fidelidad al Evangelio" y la necesidad de ser primero discípulos y formar familias fuertes, lo que lleva a comunidades fuertes.

"A menos que recuperemos lo que significa ser discípulo de Jesucristo, a menos que seamos personas de la Resurrección, a menos que conozcamos y contemplemos la verdad de Cristo resucitado, comenzando por la cruz, no podremos tener en verdad una vida pública creíble, una voz pública en el espacio público", afirmó.

También subrayó la necesidad de entender "que la tarea de abordar las preguntas de la vida pública es demasiado grande para un solo grupo" y que se necesitan alianzas.

"Necesitamos trabajar con otros. Los latinos por sí solos no van a resolver la cuestión o las dinámicas de la persecución política, la inmigración, o la desigualdad económica", agregó. "Necesitamos empezar a trabajar con otros como personas de fe. Necesitamos trabajar con otras organizaciones, tanto religiosas como no religiosas, en lo político, lo económico, lo intelectual. Sin alianzas, el progreso será muy limitado".

El tercer tema clave, mencionado a lo largo de la conversación, es la necesidad -- especialmente para los latinos -- de alzar la voz.

"Necesitamos hablar y abordar las cuestiones de nuestro tiempo en esta vida pública, convencidos de que Dios camina con nosotros, convencidos de que cuando defendemos al inmigrante y al refugiado, a la persona pobre, a la madre que ha perdido un esposo o un hijo, a la persona que no tiene acceso a la salud o a la educación, estamos defendiendo la verdad del Evangelio", concluyó.



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