Una reciente redada de inmigración que involucró a trabajadores coreanos en Georgia ha conmocionado a los católicos coreanos del área de Savannah, según un portavoz de la comunidad.
Más de 300 ciudadanos coreanos se encontraban entre los 475 detenidos como parte de una redada realizada el 4 de septiembre por funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en un complejo manufacturero de Hyundai en Ellabell, Georgia.
The Guardian, citando un documento federal interno filtrado que obtuvo, descubrió que "al menos uno de los trabajadores coreanos" detenidos durante el aumento "vivía y trabajaba legalmente en Estados Unidos".
Según reportes de CNN en Español, algunos trabajadores hispanos que tenían permiso de trabajo también fueron detenidos, y que, según sus familiares, los agentes escribieron que no tenían documentos. "Por más que los pudieron verificar, les dijeron que nada iba a valer, que todos iban a quedar arrestados", dijo el esposo de una migrante detenida.
La redada, dirigida a una planta considerada una excelente oportunidad de negocios bilateral, ha amenazado con tensar las relaciones entre Estados Unidos y Corea del Sur, pero para los católicos coreanos de Savannah, el daño es mucho más que económico.
"La comunidad católica coreana en Savannah se ha visto profundamente afectada" por la redada, dijo un portavoz de la comunidad, que solicitó el anonimato después de proporcionar inicialmente su nombre completo, por temor a represalias de las autoridades de inmigración a pesar de tener un estatus migratorio legal en Estados Unidos.
"Muchos miembros de nuestra comunidad se sienten confundidos y angustiados por este suceso", afirmó el portavoz. "Como personas de fe, seguiremos rezando por la seguridad y el bienestar de los afectados, tanto en lo físico como en lo mental y lo espiritual, y esperamos que puedan encontrar paz y estabilidad, ya sea aquí o en sus países de origen".
