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Misa en memoria de Martin Luther King

El entonces arzobispo de Washington, Patrick O'Boyle, en el podio, ofrece la invocación el 28 de agosto de 1963 en la Marcha en Washington por el Empleo y la Libertad. A la derecha se observa al reverendo Dr. Martin Luther King, Jr., quien ese día dio su famoso discurso "Tengo un sueño". Foto/Archivo

La conmemoración del natalicio de Martin Luther King Jr., defensor de los derechos civiles en Estados Unidos, constituye una fecha especial para los que defienden la vida, la paz y la justicia. El próximo sábado 16 de enero el cardenal Wilton D. Gregory, arzobispo de Washington, celebrará una misa en la parroquia Santa Teresa de Ávila del Distrito de Columbia. 

Al acto religioso, donde se realizará una reflexión sobre cómo combatir la discriminación racial a través de medios no violentos, asistirán un reducido grupo de fieles debido a las restricciones sanitarias por el COVID-19. La misa será transmitida de manera virtual en la siguiente dirección https://www.youtube.com/watch?v=o84DHDU64kU&feature=youtu.be 

La celebración religiosa, organizada por la oficina de diversidad cultural de la Arquidiócesis de Washington, se iniciará a las 5PM. La parroquia Santa Teresa de Ávila se encuentra ubicada en el 1244 V St. SE Washington DC 20020.

El doctor King ganador del Premio Nobel de la Paz 1964, autor del célebre discurso "Yo tengo un sueño" e ícono de la lucha contra el racismo y las injusticias, fue asesinado el 4 de abril de 1968 en Memphis.

En la década de 1960, el líder de los derechos civiles Martin Luther King lideró una lucha para que en Estados Unidos se trate a todas las personas por igual, sin importar el color de la piel, ofreciendo las mismas oportunidades educativas, laborales y salariales. 

USCCB y MLK 

El arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), emitió la siguiente declaración con motivo de la próxima celebración del Día de Martin Luther King:

“Mientras que nuestra nación se prepara para conmemorar la vida y legado del reverendo Martin Luther King, Jr., nosotros estamos agradecidos por su valiente posición de solidaridad con todos los que sufren la injusticia y por su testimonio de amor y rechazo a la violencia en la lucha por el cambio social. Pero una vez más estamos dolorosamente conscientes de que todavía nos encontramos lejos de su sueño para Estados Unidos, la ‘comunidad amada’, por la que él dio su vida”, dice la declaración.

Agrega que EEUU ha recorrido un largo camino en materia de derechos civiles, pero aún muchos corazones y mentes están nublados por presunciones racistas de privilegio y hay demasiadas injusticias en nuestra sociedad que todavía están arraigadas en el racismo y la discriminación. 

“Muchos jóvenes afroamericanos siguen siendo asesinados en nuestras calles o pasan sus mejores años en la cárcel. Múltiples barrios minoritarios en este país siguen siendo lo que eran en la época del reverendo King, lo que él llamó 'islas solitarias de pobreza'. Volvamos a comprometernos para garantizar que las oportunidades lleguen a todas las comunidades”, manifestó el arzobispo Gómez.

Recordó que el racismo es un pecado que niega la verdad sobre Dios y su creación, y es un escándalo que desvirtúa la esencia de la visión con la que se fundó Estados Unidos.  “Honremos la memoria del reverendo King volviendo a lo que él llamó 'lo mejor del sueño americano y los valores más sagrados en nuestra herencia judeocristiana'. Comprometámonos una vez más a construir su 'amada comunidad', un Estados Unidos donde todos los hombres y mujeres sean tratados como hijos de Dios, hechos a su imagen y semejanza y dotados de dignidad, igualdad y derechos que nunca se puedan negar, sin importar el color de su piel, el idioma que hablan o el lugar donde nacieron”.

Papas y el sueño de MLK 

En una publicación oficial del Vaticano y difundida a nivel mundial, se destaca que desde Pablo VI hasta Francisco, el "sueño" de plenos derechos para la comunidad afroamericana de Estados Unidos ha encontrado un apasionado apoyo de parte de los pontífices que han indicado en Martin Luther King un ejemplo a seguir en la batalla no violenta por la igualdad.

La trágica muerte de George Floyd ha demostrado dramáticamente que el sueño de Martin Luther King aún está lejos de hacerse realidad. Sin embargo, el histórico discurso, I have a dream, pronunciado por el líder del movimiento por los derechos civiles el 28 de agosto de hace 58 años, sigue resonando, incluso en estos días, en la boca de quienes exigen justicia y dignidad para la comunidad afroamericana y con ella para todas las minorías de todos los tiempos. Aquel "sueño", que tiene sus raíces en el Evangelio y en el poder liberador del amor de Dios, ha encontrado en los Papas que se sucedieron unos grandes aliados comenzando por san Pablo VI que recibió al pastor bautista en el Vaticano el 18 de septiembre de 1964 y lo alentó a continuar su compromiso pacífico contra la discriminación racial.

El 4 de abril de 1968, el papa Montini recibió con consternación la noticia del asesinato de Martin Luther King en Memphis, Tennessee. Pasan tres días: el Domingo de Ramos, Pablo VI recuerda la figura del Premio Nobel de la Paz con palabras de extraordinaria actualidad.

El Papa reza para que este crimen pueda tomar el “valor del sacrificio".  “Que no se profundice el odio, ni la venganza, ni un nuevo abismo entre los ciudadanos de la misma gran y noble tierra, sino que un nuevo propósito común de perdón, paz, reconciliación en la igualdad de derechos libres y justos se imponga a las injustas discriminaciones y a las luchas presentes.

Nuestro dolor se hace más grande y más temeroso debido a las reacciones violentas y desordenadas que el triste hecho ha provocado; pero nuestra esperanza también crece al ver que en cada lado responsable y desde el corazón del pueblo sano crece el deseo y el compromiso de sacar de la muerte inicua de Martin Luther King una superación efectiva de las luchas raciales y de establecer leyes y métodos de convivencia más conformes con la civilización moderna y con la hermandad cristiana”.                                

Veinte años más tarde, el 12 de septiembre de 1987, San Juan Pablo II recuerda el sueño del líder afroamericano en Nueva Orleans, donde se reúne con la comunidad católica afroamericana de la ciudad. Karol Wojtyla recuerda el largo y difícil camino de la comunidad afroamericana para superar la injusticia y liberarse del peso de la opresión: "En las horas más difíciles de vuestra lucha por los derechos civiles en medio de la discriminación y la opresión. Dios mismo ha guiado vuestros pasos en el camino de la paz. Frente a la historia se levanta la respuesta de la no violencia en la memoria de esta nación como monumento que honra a la comunidad afroamericana de Estados Unidos". 

Juan Pablo II habla del "papel providencial" desempeñado por Martin Luther King "para contribuir a la justa mejora de la condición de los negros americanos, y como consecuencia a la mejora de la misma sociedad norteamericana". Al igual que Pablo VI, encuentra una particular armonía con la visión cristiana de la hermandad humana encarnada por el pastor de Atlanta que creyó, incluso hasta el sacrificio extremo, en la acción liberadora de la fe en Cristo.

A esta visión también se refiere Benedicto XVI que, en la ceremonia de bienvenida celebrada en Washington el 16 de abril de 2008, subrayando que la fe en Dios ha sido "una constante inspiración y una fuerza orientadora" en la lucha dirigida por Martin Luther King "en la lucha contra la esclavitud y en el movimiento en favor de los derechos civiles". 

Siete años después, por primera vez en la historia, un pontífice se dirigió al Congreso de Estados Unidos en una sesión conjunta. En el Capitolio, el 24 de septiembre de 2015, el papa Francisco pronunció un discurso sobre el espíritu de Estados Unidos, señalando que "Una Nación es considerada grande cuando defiende la libertad, como hizo Abraham Lincoln; cuando genera una cultura que permita a sus hombres «soñar» con plenitud de derechos para sus hermanos y hermanas, como intentó hacer Martin Luther King". Para el Papa, ese "sueño continúa inspirándonos" porque despierta "lo que de más profundo y auténtico hay en los pueblos". Y, como en muchas otras ocasiones, quiere subrayar que este tipo de sueños no son fines en sí mismos, sino que "movilizan a la acción, a la participación, al compromiso”.

Para el Papa, como lo escribió en su Mensaje para el Día Mundial de la Paz de 2017, Martin Luther King ha logrado éxitos contra la discriminación racial que "no se olvidarán nunca". Sin embargo, la forma en que se han logrado no cuenta menos que los mismos resultados. "La no violencia practicada con decisión y coherencia ha producido resultados impresionantes" escribe Francisco. Por el contrario, como se ha dicho en la audiencia general esta mañana, dirigiendo nuestros pensamientos precisamente a lo que está sucediendo en el extranjero, "nada se gana con la violencia y mucho se pierde".

 

 

 

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