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‘Caminante no hay camino’

Brasileños caminan los últimos pasos de una peregrinación de 160 millas al santuario mariano en Aparecida, Brasil en el 2007. Foto/CNS /Caetano Barreira/Reuters

El poema es ya famoso. Hasta se ha hecho un arreglo en música. Antonio Machado, (1875-1939), el autor de la poesía es escritor de origen español. Se ha distinguido por sus inspiraciones que motivan a una profundización en los misterios de la vida. Su poema reza de esta manera:

‘Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

Caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace el camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar.’

Se invita a tomar conciencia de que el ser humano es el autor de su propio destino, responsable de sus decisiones y sus consecuencias. Oportuna es la toma de conciencia de que las creaturas no son una marioneta manipulada por fuerzas externas o sobrenaturales. Así lo detallan algunas otras creencias contrarias a la fe católica.

A través de los tiempos se han dado enseñanzas contrarias al libre albedrío del ser humano, según la fe. Un ejemplo de esto ocurrió durante el periodo del ‘Iluminismo’ (siglos 17-18). Sucedió en Francia mayormente, cuando se acentuó la grandeza de la inteligencia humana, independiente del Creador (e.g. Rene Descartes). Mayormente se dio como una reacción al rechazo de la Iglesia y la monarquía que, en aquel entonces, acaparraban el poder y las estructuras de poder. Tiempos difíciles para la Iglesia que se adueñó de la esfera política, sintiéndose con derecho a establecer un tribunal, juzgando y condenando a sus miembros. Marcó dramáticamente este período, la infame Inquisición de la Edad Media (circa 476-1492).

Para el creyente, en un sentido, sí hay camino, de acuerdo con la doctrina católica y las enseñanzas del Evangelio. Un camino que constituye el corazón del discipulado. El seguimiento de Cristo es más que una ‘imitación’ a Cristo. Es abrazar con pasión ‘el camino, la verdad y la vida’ (Juan 14/6), según El mismo enseñó. Es el Espíritu Santo quien guía a cada bautizado, a su santa Iglesia , en todo momento respetando siempre su libertad e independencia. He ahí el misterio que resalta que la creatura es imagen y semejanza del Dios vivo.

‘Son tus huellas el camino…’ señalando así, el potencial de creatividad e independencia que tiene ese ser humano. El mismo es el protagonista, autor y dueño de su caminar. El mismo decide que legacía reflejará su grandeza o su insignificancia, ya terminada su jornada. La historia de un pueblo se recuenta a modo sutil pero muy claro, a través de sus monumentos y memoriales. Interesante, hay que señalar que, en muchos lugares del tercer mundo, donde todavía prevalece el analfabetismo son esas estructuras de remembranza las que relatan la historia del pueblo. El ‘juan del pueblo’ posiblemente no sabe leer, pero con orgullo, habla de esas figuras que sobresalieron en la historia de su gente.

No tan conocido es el proverbio, ‘un pueblo que no conoce su historia es como un árbol sin raíces’. Esa fue la estrategia usada por los colonizadores en siglos antaño, tratando de perpetuar la sumisión de los conquistados. Sin conciencia de sus antepasados, un pueblo se desarrolla desfasado y sumiso a los poderes que lo dominan. Esta estrategia resulta en la total dependencia y sometimiento. Los que tienen el poder se pueden aventajar así de todo un pueblo, manteniendo su supremacía sobre los demás.

“Caminante no hay camino”, pero tampoco quiere decir que no hay alternativas para salir adelante. Lo que más aventaja al ser humano es su capacidad indomable de sobrevivencia, … ¡y eso a como dé lugar! Es esa lucha de querer vivir y vivir bien lo que estimula a un continuo esfuerzo de superación y alcance. He ahí también el impulso de la competencia con los demás. ‘Campeón’ no es necesariamente el único que gana la contienda. ‘Campeón’ es todo aquel que muestra tenacidad en perseverar ‘haciendo lo que tiene que hacer’. Usualmente, el aguante individual es en proporción directa al empeño y deseo de lograr lo que el corazón tanto anhela.

“Caminante no hay camino” y es por eso por lo que los cobardes y flojos no dan ni el primer paso. Considérese una gracia de Dios, si en ese caminar la creatura, a la par con descubrir su propia grandeza, reconoce también, en el contexto de su fe, la total dependencia en la providencia de su Creador. La aceptación de Dios, como un ser superior, no denigra, segun fue la mentalidad de los ‘iluminati’ (grupo de filósofos y pensadores que surgió en el 1776). La tensión entre la fe católica y la ciencia es algo normal y el esfuerzo debe de ser de encontrar complementación y no contrariedad o conflicto.

La continua tentación del ser humano es buscar su propio capricho, sin que su conciencia se lo impida o reproche. Entre más esa conciencia se ignore, menos capaz es de guiar al ser humano en caminos de rectitud y virtud. “Caminante, si hay camino…”, ¡guiados siempre por la gracia del Espíritu Santo!



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