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Diabetes más obesidad: una suma que resta calidad de vida

La ‘diabesidad’ o coexistencia de diabetes tipo 2 y obesidad, deteriora severamente la salud y el bienestar, advierten los especialistas en nutrición, que presentan un ‘semáforo de alimentos’, que sirve de guía para prevenir y controlar este trastorno, de cara al Día Mundial de la Diabetes, que tiene lugar el 14 de noviembre.

La ‘diabesidad’, situación en la que una persona tiene diabetes tipo 2 y también obesidad o sobrepeso, denominada así en el 2001 por el profesor Paul Zimmet de la Universidad de Monash (Melbourne, Australia), es otra de las “epidemias” a la que hacemos frente en el siglo XXI, explica Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). 

Señala que “son numerosas las complicaciones que pueden derivar de la ‘diabesidad’, la cual empeora la calidad de vida y provoca numerosas patologías, pero sobre todo aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, actualmente la principal causa de muerte en personas con diabetes”. 

“La ‘diabesidad’ no solo es un problema de adultos, ya que, con el aumento de la obesidad infantil en las últimas décadas, hay razones para creer que los jóvenes de hoy serán la primera generación que no sobrepasará la edad de sus padres, debido a las enfermedades cardiovasculares y la diabetes”, afirma Bravo. 

Para disfrutar de la comida sin convertirse en ‘diabésico’. Estefanía Ramo, experta en nutrición y tecnología de los alimentos del IMEO (https://imeoobesidad.com) recomienda hacer ejercicio físico o un deporte de nuestro agrado, totalizando a la semana 150 o más minutos de actividad física, de intensidad moderada o fuerte, distribuida en al menos 3 días.  

Hombre con sobrepeso con dispositivos para el control de la diabetes.

Una buena opción para controlar las cantidades consumidas en las comidas y cenas es comer en plato único considerando que la ración de verduras debe ser aproximadamente la mitad del plato, la proteína un cuarto del plato y el carbohidrato integral el otro cuarto restante, según Ramo. 

Esta especialista también aconseja “comer porciones pequeñas a lo largo de todo el día para mantener constantes los niveles de insulina en sangre e intentar comer siempre a las mismas horas. Es importante no saltarse ninguna comida”.

En lo que respecta a la alimentación más saludable y adecuada para prevenir la diabetes y la obesidad, Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO propone un “semáforo de los alimentos”, para que lo tengan en cuenta aquellas personas que padecen ‘diabesidad’ o están en riesgo de sufrirla. 

Semáforo en rojo, alimentos que deben evitarse o limitarse. Infografía y diseño Marta Rey- IMEO

LUZ ROJA (limitar su consumo al máximo o evitarlo). 

- Azúcar y productos que lo contienen, como los alimentos de pastelería, galletas, mermeladas y jaleas.  

- Mantequillas, margarinas y tocino, ricos en grasas saturadas y grasas ‘trans’. 

- Bebidas azucaradas, como zumos, refrescos y bebidas energéticas, con contenido alto en azúcar y nulo en nutrientes.

- Carnes rojas, que son ricas en grasas saturadas. 

- Miel, la cual contiene azúcares en abundancia.

- Postres lácteos azucarados, muy calóricos, ricos en azúcar y poco saciantes, por lo que se tiende a consumirlos en exceso.

- Pasta, arroz y pan blanco, debido a los cuales el azúcar en sangre se eleva rápidamente y luego baja a la misma velocidad.  

- Embutidos y carnes altamente procesadas como el chorizo, el salchichón, la mortadela o las salchichas.

- Sucedáneos de pescado como el surimi o las 'gulas', elaborados a partir de harinas sin valor nutricional y con mucha sal y azúcar.

- Chocolates de bajo contenido en cacao o blanco, ricos en azúcar y grasas saturadas y con un aporte calórico muy elevado.  

- Preparaciones culinarias como fritos, rebozados o empanados, las cuales aumentan de manera notable las calorías de los platos. 

- Alcohol, el cual favorece el acumulo de grasa visceral.

Semáforo en amarillo, alimentos que debe consumirse ocasional o moderadamente. Infografía y diseño Marta Rey- IMEO.

LUZ AMARILLA (consumir moderada y/o ocasionalmente).

- Frutas como el mango, el plátano, la chirimoya o las uvas, saludables, pero de las que no se debe abusar debido a su alto contenido en azúcares y calorías.  

- Frutos secos y semillas, en sus versiones naturales o tostadas, que aportan grasas saludables pero que son muy calóricos.  

- Aceite de oliva virgen extra, con un efecto protector frente a la diabetes, pero altamente calórico.

- Pasta, arroz y pan integral, ricos en fibra y que pueden ser una buena fuente de energía, si están bien cocinados y acompañados. 

- Tubérculos, que conviene cocinar y comer tras refrigerarlos para que se forme un almidón, que se absorbe en menos cantidad y tiene efecto prebiótico.

- Chocolate con alto contenido en cacao (mínimo 85%), que puede ser una buena opción cuando apetece comer algo dulce, pero que tiene un alto aporte calórico.

- Edulcorantes acalóricos, que no elevan el azúcar en sangre ni tienen calorías, pero cuyo consumo prolongado no es saludable.  

Semáforo en verde, alimentos que deben ser la base de la alimentación. Infografía y diseño Marta Rey- IMEO

LUZ VERDE (consumir en más cantidad y con frecuencia).

- Alimentos probióticos como el yogur, el kéfir o el chucrut, que ayudan a reducir los niveles de glucosa en sangre y a mejorar la sensibilidad a la insulina.

- Ácidos grasos presentes en la avena, el plátano macho, el ajo, las alcachofas o los espárragos, que estabilizan los niveles de azúcar en sangre y la composición de la microbiota intestinal. 

- Frutas como la manzana, pera, naranja, mandarina o la granada, ricas en fibra y antioxidantes que favorecen la saciedad y reducen el riesgo de obesidad.   

- Verduras y hortalizas, que deben ser la base de la alimentación, al tener un alto contenido en fibra, vitaminas y minerales, saciar y aportar colorido a los platos haciéndolos más atractivos.

- Proteínas de calidad como pollo, pavo, conejo, pescados, mariscos, huevos y legumbres, imprescindibles para mantener una correcta masa muscular.  

- Especias y hierbas aromáticas, que tienen efectos reguladores del azúcar en sangre, antioxidantes, saciantes o diuréticos, y contribuyen a dar sabor a los platos sin necesidad de agregar sal.

- Agua, infusiones y caldos bajos con poca sal, que permiten una correcta hidratación, esencial para el buen funcionamiento del organismo, y que además sacian sin aportar calorías.

DESTACADOS 

- “Cuando la obesidad recibe tratamiento, tienden a desaparecer enfermedades asociadas a la misma. Evitando el exceso de peso se pueden prevenir más de la mitad de los casos de diabetes tipo 2”, explica Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

- Desde el IMEO dan “luz verde” a técnicas culinarias como los asados, plancha, vapor, wok y rehogados, que permiten comer rico y variado sin añadir calorías, y al ejercicio físico moderado y habitual, aeróbico y de fuerza, para mantener el azúcar en sangre, así como el peso y grasa corporal, en unos niveles óptimos.

- “El ‘semáforo de los alimentos’ para prevenir la ‘diabesidad’ enciende su luz roja, es decir recomienda evitar: el azúcar y productos que la contienen; las mantequillas, margarinas y el tocino; las bebidas azucaradas; las carnes rojas; la miel; los postres lácteos azucarados y la pasta, arroz y pan blancos. (EFE - Reportajes/Pablo Gutman)

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