La Reserva Federal (Fed) resistió el miércoles a la presión recibida por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, y dejó los tipos en su rango actual del 4,25 al 4,5 %, aunque dos de sus integrantes votaron en contra de mantenerlos.
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed finalizó su quinta reunión del año cumpliendo las previsiones de que no iba a haber modificaciones, pero dio la sorpresa al precisar que el gobernador Christopher Waller y Michelle Bowman, vicepresidenta de Supervisión, hubieran preferido bajar las tasas.
La Fed reiteró que «al considerar el alcance y el momento de los ajustes adicionales» se evaluarán «cuidadosamente las cifras entrantes, la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos».
Añadió que se seguirán vigilando de cerca las implicaciones de la información entrante para las perspectivas económicas y sostuvo que si surgen riesgos que puedan obstaculizar el logro de sus objetivos, el comité estará dispuesto a ajustar la orientación de su política económica.
En busca del «momento correcto»
El presidente de la Fed, Jerome Powell, recalcó posteriormente que su política actual está bien posicionada para seguir aguantando a la espera de ver el impacto real de los aranceles impulsados por Trump.
«Si recortamos los tipos demasiado pronto, quizá no hayamos logrado acabar con la inflación. La historia está llena de ejemplos de que, si se recortan demasiado tarde, quizá se esté dañando innecesariamente el mercado laboral. Así que estamos buscando el momento correcto», sostuvo en una conferencia de prensa.
Powell señaló que aunque se está teniendo mayor claridad sobre la política arancelaria de Trump, «aún queda mucho por entender» sobre cuáles serán los porcentajes finales y si causarán una inflación persistente.
«El nivel efectivo de los aranceles no fluctúa mucho en este momento, pero al mismo tiempo, quedan muchísimas incertidumbres por resolver», apuntó considerando que por el momento la Fed está bien posicionada para aprender más sobre el curso probable de la economía y el equilibrio cambiante de riesgos antes de ajustar su política.
Este viernes se cumple el plazo dado por Trump a sus socios comerciales para aplicar nuevos aranceles que sustituyan a los gravámenes considerados «recíprocos» por la Administración estadounidense. A falta de pacto, Washington está fijando cifras unilaterales.
La Reserva Federal, blanco de críticas de Trump
Este anuncio llega el mismo día en que el Buró de Análisis Económico (BEA) indicó que la economía de EEUU creció un 0,7 % intertrimestral en el segundo trimestre, después de la contracción del 0,1 % registrada en el primer cuarto del ejercicio.
El producto interior bruto (PIB) estadounidense aumentó un 3% en términos anualizados, frente al retroceso del 0,5 % anualizado del primer trimestre, algo que Trump celebró y aprovechó para insistir a Powell para que redujera los tipos.
Desde que Trump inició su segundo mandato, el pasado 20 de enero, le ha insistido a Powell para que reduzca los tipos. En las últimas semanas ha arreciado sus ataques con mensajes casi diarios en los que asegura que la economía estadounidense marcha «mejor que nunca bajo su dirección».
El presidente no puede echarle por mero desacuerdo en materia de política monetaria, pero sí por causa justificada, y las obras de renovación de la sede de la Fed, con un sobrecoste de unos 700 millones de dólares, han puesto en el punto de mira a Powell, a quien los republicanos le reprochan mala gestión.