Mucho tiempo atrás y desde el contexto cultural, la familia hispana solía tener un número crecido de hijos. Lo ideal y deseable era tener hijos varones. Y eso, pues en la sociedad agrícola de aquel entonces, era importante tener hombres que ayudasen al papá a trabajar la tierra. No era poco común, que, si nacía una niña, la regalasen a alguna familia acomodada de la ciudad, que pudiese utilizarla como trabajadora doméstica. Al señalar esta verdad es importante recordar que no se debe juzgar el pasado con los criterios del presente. Hoy por hoy, tal situación sería inaceptable. Sin embargo, desde la pobreza existente, tal práctica era considerada como algo razonable. Nótese, que, desde la urgencia de la sobrevivencia, tales comportamientos adquirían carácter de normalidad.
Otro factor histórico, muy poco tomado en cuenta, es que España, estuvo bajo la influencia de los moros (del latín, ‘maurus =oscuro), por más de 700 años. Esa cultura considera como regla, la supremacía del hombre sobre la mujer. No es raro pues, que rasgos machistas tengan un fuerte arraigo en la cultura española. Y de ahí la preferencia por el varón. Es ilusión callada que el primer embarazo de una parejita sea un ‘machito’. Nace una nena y la alegría es notablemente moderada. En algunas culturas se dice, “nació una chancleta”. Ahh…pero nace un varoncito y el papá se infla de orgullo desmesurado. “Miren de lo que soy capaz”, parece ser el sentimiento.
Lo triste de todo esto, si se analiza, es que una ‘chancleta’ es algo que se arrastra. Su utilidad es limitada a la comodidad del momento. ¡Las chancletas son convenientes, pero no necesarias! Añádase a lo serio de las implicaciones, que la crianza de una niña, en general, exige mayor diligencia y cuidado. ¿Acaso es eso lo que se piensa del género femenino en nuestra cultura? Lo sin sentido de esta dimensión cultural, es que esa ‘mujer que es mi madre’ es sagrada, pero no necesariamente la tuya. Por eso los insultos más hirientes son los que blasfeman a esa ‘mujer que es tu madre’. El nene de mami aprende a desvalorizar a la mujer poco a poco, dependiendo del medio ambiente en que se cría. Desde su infancia el niño va grabando es su subconsciente todo un proyecto de lo que vale y es importante en la vida. De ahí, lo variante de su comportamiento adulto respecto a la mujer.
El nene de mami es la adoración de papi hasta que el bebé empieza a independizarse. Ocurre un fenómeno de distanciamiento notable que el papá no siempre cae en cuenta. Papi tiene miedo de que, si le muestra mucho afecto, ese nene va a desarrollar un ‘apego’ por los hombres. La ironía en todo esto es que, privando a la criatura de una imagen saludable de un hombre, a través de su papá, lo expone a imitar las cualidades y gestos femeninos de la mamá. ¿Amanerados?
La ansiedad de papi y mami es que, desde su inocencia, el nene desarrolle un interés por las nenas. No es raro que, desde esa inquietud, se le pregunte con frecuencia, sobre ‘cuántas novias tiene’. El niñito responde con sus deditos, el número dos o tres, como buscando complacer a los adultos que le cuestionan. Abundando en aquello que impacta el desarrollo de su identidad, es normal que desde la cuna el bebé, se entretenga tocando y jugando con su genitalia. Error craso es el de aquellos adultos que corrigen a las criaturas, prohibiéndoles tales gestos. Ante esa posible corrección, se va perdiendo la inocencia y creando todo un sentido de malicia respecto a su propia sexualidad.
Lo innegable es que papi y mami van a criar a sus hijos de acuerdo con lo que a ellos les tocó vivir en su propia experiencia de crecimiento. O la repiten, o la repudian, de acuerdo con cuáles son sus sentimientos de lo que les tocó vivir. Otra posible falla es la mentalidad de que ‘así me crie yo y así voy a criar a mis hijos’. La memoria herida de situaciones de la infancia, con frecuencia, influencian ese escenario.
Ese joven grandulón frente a ustedes, que es su hijo, es y siempre será el nene de mami. Así se crio, así actúa como adulto. Ese nene ya crecidito, es el fruto de todo un proyecto de amor y sacrificio que le dieron vida. Lamentablemente esas ‘ternuras’ con el nene de mami arrojan consecuencias no tan deseables en un futuro marido.