Bajo un sol radiante y teniendo como escenario principal la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción se realizó el sábado 17 de mayo la ceremonia de graduación de la Universidad Católica de América (CUA), en donde más de un millar de estudiantes de la “Clase 2025” recibieron sus títulos profesionales. El evento estuvo presidido por Peter Kilpatrick, presidente la institución, en donde los recuerdos personales, las reflexiones filosóficas, las expresiones de fe y el júbilo estudiantil fueron una constante.
El orador principal fue monseñor Robert Barron, obispo de Winona-Rochester y fundador de Word on Fire Catholic Ministries, quien en su calidad de exalumno dijo estar emocionado por hablar en la primera graduación de la Universidad Católica de América durante el naciente pontificado del papa León XIV, quien honra con su nombre al papa León XIII, el mismo que impulsó la fundación de la CUA.
El obispo Barron recordó su propia graduación en la CUA hace 44 años, en donde fue testigo de acontecimientos históricos como la elección del presidente Ronald Reagan, la liberación de los rehenes estadounidenses en Irán, los atentados contra Reagan en Washington y contra el papa Juan Pablo II en el Vaticano: “A pesar de la agitación del mundo exterior, mi corazón estuvo centrado en el descubrimiento filosófico, buscando una apertura a un mundo superior”.
Señaló que la filosofía es una vía hacia lo eterno y citando a Platón, Aristóteles y San Agustín, dijo sentirse contento de haber estudiado filosofía, pues hoy los razonamientos filosóficos ayudan a encontrar la razón de la existencia humana.
“Como decía Aristóteles, lo más valioso no es lo útil, sino lo que es bueno en sí mismo. Vale decir, la verdad, la bondad, la belleza y eso, en el fondo, nos orienta hacia Dios, el bien supremo”, manifestó el obispo de Winona-Rochester.
Puntualizó que en la actualidad muchos jóvenes han perdido el vínculo con lo verdaderamente trascendente, lo cual ha derivado en elevados niveles de ansiedad y desesperanza que impiden ver el futuro con optimismo y esperanza.
“Ahora el secularismo nos dice que Dios limita nuestra libertad, pero no es verdad. Como me enseñó mi maestro de filosofía el padre Robert Sokolowski, Dios no compite con nosotros, por el contrario, nos hace más plenamente humanos”, enfatizó monseñor Barron.
También aprovechó para recordar la trascendencia de San Juan Pablo II, el cardenal Francis George y la Madre Teresa de Calcuta, quienes nos revelaron la “ley espiritual” del cristianismo, que nos enseña que el ser humano crece en la medida en que se entrega y así se convierte en un canal de gracia.
“Hagan de su vida un regalo. No busquen llenar su ego, conviértanlo en un instrumento del amor divino. Y cuando lo hagan, no solo serán buenas personas, sino estarán conectando con la fuente misma de la realidad”, enfatizó el obispo.
Dejó de recuerdo a los graduados una oración sencilla y poderosa: Veni Sancte Spiritus (Ven, Espíritu Santo), animándolos a rezarla siempre, en los buenos y malos momentos, como guía constante del amor que da sentido a toda vida humana.
“Puede que no recuerden cada palabra de este discurso dentro de 44 años, pero por favor recuerden una solo una cosa: hagan todo, incluso lo más pequeño, con gran amor. ¡Felicidades, clase de 2025! Que Dios los bendiga siempre”, concluyó monseñor Robert Barron.
Tan pronto termino la alocución del orador principal se procedió a la entrega de títulos a los estudiantes de la “Clase 2025”, dando paso a múltiples expresiones de júbilo y cariño por parte de los familiares presentes.
Títulos honorarios
En esta oportunidad la Universidad Católica de América reconoció la trayectoria de monseñor John Enzler, quien desde sus primeros años como párroco hasta su liderazgo como presidente de Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Washington, siempre ha vivido con el corazón abierto al llamado del Evangelio, a servir a quienes más lo necesitan.
También fueron distinguido monseñor Robert Barron, exalumno de la CUA y obispo de Winona-Rochester; el arzobispo Vicken Aykazian, director ecuménico de la Diócesis Oriental de la Iglesia Armenia de América; Jeanne Mancini, expresidenta del Fondo de Educación y Defensa de la Marcha por la Vida; Steven Muncy, exalumno y fundador de Servicios Comunitarios y Familiares Internacionales y ganador del Premio Ramon Magsaysay 2021; y Christopher Smith, congresista por New Jersey, autor de la Ley de Protección de Víctimas de la Trata y la Violencia de 2000.