En la última década, el vertiginoso avance de la tecnología ha transformado profundamente el mundo de la ingeniería. Hoy, el diseño, la creación de software y la instalación de complejos sistemas electrónicos y mecánicos exigen una formación altamente especializada. En este contexto, decenas de jóvenes hispanos se están preparando con seriedad y compromiso en instituciones como Virginia Tech (VT), una de las universidades más reconocidas del país en el área de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM).
En una reciente visita al campus de la universidad fue inspirador escuchar conversaciones en español entre estudiantes hispanos mientras realizaban prácticas de robótica, revisaban motores, manipulaban controles eléctricos, trabajaban con bombas hidráulicas o instalaban mini compresores acuáticos. Estos jóvenes, conscientes de los desafíos del competitivo mercado laboral estadounidense, han elegido carreras STEM no solo por sus beneficios económicos y profesionales, sino también por su potencial para transformar positivamente la sociedad estadounidense.

Voces del talento hispano
Lucas R., originario de Argentina, y Esmeralda L., de Colombia, cursan su cuarto año en ingeniería. Ambos coinciden en que eligieron esta carrera por las amplias oportunidades que ofrece. "Estudiar en VT exige esfuerzo constante. Mucho del aprendizaje se basa en proyectos reales, donde debemos resolver problemas prácticos de manera creativa y eficiente", comenta Lucas.
Para Esmeralda, la formación en ingeniería de sistemas ha sido particularmente significativa. “Los estudiantes hispanos tenemos una gran capacidad creativa. Aplicar la teoría a la práctica nos resulta más intuitivo. Creo que las dificultades que vivieron nuestras familias nos inspiran a construir un futuro tecnológico más justo y equitativo”, reflexiona.
Esteban C., estudiante de ingeniería informática y originario de Ecuador, considera que esta área del conocimiento es “una puerta abierta al futuro”. Su pasión por la programación nació desde temprana edad, fascinado por cómo los videojuegos funcionan a través de algoritmos. “Todo está en constante evolución y creación, y eso me motiva cada día”, afirma.
Primeros universitarios en sus familias
Los tres jóvenes son los primeros en sus familias en asistir a la universidad en Estados Unidos. Dos nacieron en el país y uno llegó siendo niño. Todos son egresados del sistema de escuelas públicas del área metropolitana y reconocen que fueron sus maestros quienes los motivaron a seguir carreras STEM.
Virginia Tech les ofreció la posibilidad de participar en proyectos avanzados de investigación y desarrollo, así como acceso a pasantías relevantes. Lucas recientemente completó una práctica profesional en una empresa de motores marinos en Norfolk, Virginia. Esmeralda trabajó en el desarrollo de software para equipos médicos automatizados en Maryland. Esteban, por su parte, se prepara para mudarse a Nueva York, donde se unirá a una firma de análisis de mercados financieros globales.
Comunidad y apoyo dentro del campus
Muchos estudiantes hispanos en VT han encontrado en la Latino Association of Student Organizations (LASO) un espacio de encuentro y apoyo. A través de esta organización, comparten información sobre becas, pasantías, herramientas de estudio y eventos culturales, fortaleciendo así su identidad y red de apoyo durante su formación académica.
Las carreras más demandadas en el sector STEM actualmente incluyen Ingeniería, Tecnología de la Información, Desarrollo de Software, Energías Renovables, Marketing Digital y Comercio Electrónico.
Es importante recordar que, en 1872, cuando se fundó Virginia Tech, era una institución militar financiada por el estado y que se llevaba por nombre Virginia Agricultural and Mechanical College. En 1970 la Asamblea General de Virginia le otorgó el estatus de universidad y la denominó Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, hoy más conocida como Virginia Tech. Actualmente, existe un pabellón especial de cadetes y oficiales de alto rango que estudian, se actualizan y viven en el campus universitario.
Modelos a seguir: el legado hispano en STEM
Según el Pew Research Center, más de 65 millones de hispanos residen en Estados Unidos, representando más del 19% de la población total. En el marco del Mes de la Herencia Hispana, es importante destacar ejemplos inspiradores que han abierto camino en el mundo científico y tecnológico.
Entre los astronautas de la NASA de origen hispano figuran nombres destacados como Ellen Ochoa, Franklin Chang-Díaz, José Hernández, Michael López-Alegría, Carlos Noriega y Frank Rubio, entre otros. En el ámbito académico, sobresale Rafael Reif, de origen venezolano, quien fue presidente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) hasta 2022.
Asimismo, dos hispanos que residieron en EEUU han sido galardonados con el Premio Nobel: Baruj Benacerraf (Medicina, 1980), por sus descubrimientos en inmunología, y Mario Molina (Química, 1995), por su trabajo pionero sobre el daño a la capa de ozono.
El futuro está en sus manos
La presencia hispana en las carreras STEM no solo representa una oportunidad de crecimiento personal y profesional, sino también una contribución directa al desarrollo tecnológico del país. Con talento, dedicación y apoyo comunitario, estos jóvenes están demostrando que el futuro de la ingeniería en Estados Unidos también se escribe en español.