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Hoy celebra su 'green card' gracias a Caridades Católicas

Luis Fernando Peredo y su familia. Foto/FP

Luis Fernando Peredo Céspedes vivió una odisea de 12 días para llegar desde Bolivia a Estados Unidos.

Después de 13 años viviendo como indocumentado, no olvida lo que padeció y celebra que finalmente este fin de año obtuvo la anhelada residencia permanente.

Como no pudo obtener la visa de estudiante para ingresar legalmente, en diciembre de 2008 se lanzó a la aventura con tal de estar cerca de sus seres queridos.

"Quería estar junto a mi familia y ejercer mi carrera de ingeniero comercial en este país", contó a El Pregonero.

Luis partió de Cochabamba en avión hasta Ciudad de México, luego siguió en autobús hasta Tijuana y desde allí empezó a caminar hacia el norte. Pasó cuatro días caminando para cruzar la frontera y llegar a San Diego, California. Estuvo de paso por Los Ángeles antes de llegar a Maryland, donde le esperaban sus padres y sus dos hermanas.

Lo explica fácil, pero la experiencia es indescriptible y le ha marcado de por vida.

"Fueron 12 días difíciles de describir, por todo lo que uno tiene que pasar para llegar a este país. Cruzar la frontera ha sido una etapa horrible y de mucho sufrimiento que no se lo deseo a nadie", dijo este inmigrante que fue asistido por los llamados 'coyotes' o traficantes de personas.

Su madre, desde que recuerda, siempre ha tenido un restaurante. En este país fue haciendo su clientela vendiendo platillos bolivianos en las canchas de fútbol y a domicilio.

Al llegar, Luis se sumó al equipo familiar para ayudar en un pequeño restaurante ambulante en Maryland, también limpió casas, trabajó en construcción y fue tocando puertas en busca de oportunidades.

Su madre y una de sus hermanas lograron abrir el Restaurante Kantutas, en Maryland, y han salido adelante con mucho esfuerzo. Luis primero fue ayudante de cocina, luego cocinero y ahora trabaja en el Restaurante “Unplug” de su familia como jefe de la cocina. Ofrecen platillos de Bolivia, Perú y Centroamérica.

Entonces se acercó a las oficinas de Caridades Católicas de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington, para gestionar la residencia permanente a través de su empleo. Tuvo que solicitar un perdón provisional (I-601A) por la presencia física ilegal y luego hacer un trámite consular, según explicó Celia Rivas del Centro Católico de Gaithersburg, Maryland.

La entrevista con las autoridades de inmigración se llevó a cabo el 12 de octubre de 2021 en Bolivia y en noviembre recibió la visa para vivir y trabajar legalmente en EEUU.

Ha sido un fin de año (2021) muy especial para Luis. "Me siento muy feliz y quiero darle gracias a Dios y a este país", dijo quien tiene una bebita de 10 meses.

"Realmente, Estados Unidos es un país que le abre las puertas a uno y, si uno sabe aprovecharlo, quererlo y respetarlo, las bendiciones llegan", expresó este feligrés de la parroquia San Patricio de Silver Spring. "Creo en Dios y me siento bendecido", dijo refiriéndose al milagro de obtener los documentos migratorios.

Ahora, dejando atrás la ilegalidad, los planes fluyen. Tiene el sueño de abrir un restaurante propio, comprar una casa y formar una familia. Empezó el 2022 con el pie derecho.

 

 

 

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