La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que el cambio climático genera un efecto directo en la salud debido al agravamiento de enfermedades respiratorias e, indirectamente, subraya las relacionadas con las alergias.
Este 5 de junio es el Día Mundial del Medio Ambiente y la OMS destaca las consecuencias que para la salud global tiene el cambio climático. No hace falta mirar lejos. España atraviesa estos días registros máximos de presencia de diferentes tipos de polen en el aire, en especial las gramíneas, y las consultas médicas y farmacéuticas relacionadas con cuadros de alergia han aumentado.
En polenes.com, un portal de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (seaic) que mide la incidencia a diario, puede comprobarse que las gramíneas, por ejemplo, se encuentran en casi toda España en niveles altos y muy altos.
A finales de mayo, la Universidad de Granada, a través de su Unidad de Calidad Biológica del Aire, alertaba de que los niveles de polen de olivo y de gramíneas estaban en índices extremos debido al aumento de las temperaturas.
Que las alergias iban a causar problemas en la salud de la ciudadanía era sabido tras una primavera excepcional y extremadamente lluviosa. El mes de marzo se convirtió en el tercero con mayor cantidad de lluvia caída desde 1961 en España, pero en la Comunidad de Madrid se erigió hasta el primer puesto de su historia. El récord lo batió el día 18 de ese mes, y luego siguió lloviendo.
El episodio alimentó teorías negacionistas sobre el cambio climático, desmentidas por los expertos. Como recordó a EFE el presidente de la Asociación Meteorológica Española (AME), Ernesto Rodríguez Camino, el cambio climático conlleva “cambios en el patrón de precipitaciones”, con más lluvias torrenciales y sequías más largas.
El cambio climático, “la mayor amenaza”
Destaca la Organización Mundial de la Salud (OMS) que el cambio climático es “la mayor amenaza para la salud mundial del siglo XXI” porque a los efectos directos, como las olas de calor, las tormentas fuertes o el aumento del nivel del mar, hay que unir los indirectos, entre los que cabe citar un aumento de casos con enfermedades respiratorias o procedentes de un mal estado el agua o de la alimentación.
A continuación, las consecuencias directas en la salud del cambio climático, según la OMS:
- Olas de calor más habituales y duraderas, lo que aumenta el riesgo de una mayor mortalidad y un aumento del agotamiento.
- Agravamiento de enfermedades circulatorias y respiratorias.
- Mayor sufrimiento para pueblos indígenas y tradicionales.
- Secuelas en la salud por por desastres provocados por tormentas, huracanes, tornados e inundaciones.
La OMS también enumera las consecuencias indirectas:
- Por un lado, en lo relacionado con las enfermedades respiratorias y los alérgenos,el agravamiento del asma y otras enfermedades respiratorias alérgicas.
- Mayor mortalidad cardiopulmonar por la presencia de partículas en una alta concentración atmosférica de ozono.
En lo relacionado con las enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua:
- Mayor riesgo de diarreas, en especial en los trópicos y subtrópicos.
- Más persistencia y transmisión de microbios patógenos.
- Cambio de la distribución geográfica y estacional de enfermedades como el cólera, esquistosomiasis y la floración de algas nocivas.
- Un mayor grado de reproducción, resiliencia y distribución de enfermedades transmitidas por vectores.
Inseguridad alimentaria:
La OMS indica, además, los efectos que la crisis climática desencadena a través de los sistemas socioeconómicos, en concreto la acentuación de la inseguridad alimentaria y de los problemas de abastecimiento de agua potable
La salud laboral también se resiente por cuanto un mayor agotamiento por el calor no sólo disminuye la capacidad productiva, sino que eleva el riesgo de problemas cardíacos y de accidentes, en concreto entre las personas que trabajan al aire libre.
Sufrirán más las personas mayores, los menores de edad y las personas que viven en entornos no adaptados a los cambios climáticos.
La ciudadanía con falta de salud mental estará expuesta a un mayor estrés, lo que conlleva más riesgo de sufrir síntomas o manifestaciones de ansiedad, depresión o angustia.