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Salvadoreño heredó bastón del papa Francisco

Fredy Robles con el bastón del papa Francisco en el Vaticano. Fotos/cortesía/álbum familiar

Tras sobrevivir milagrosamente a un grave accidente en motocicleta, el salvadoreño Fredy Robles viajó al Vaticano, asistió a una audiencia para personas con discapacidades y recibió un obsequio que jamás olvidará: el papa Francisco le regaló su bastón.

Nacido en el departamento La Unión, Fredy llegó a Estados Unidos en 1984 a los 17 años. Comenzó a estudiar en la escuela secundaria Wilson en Washington, DC, y unos años después conoció a Silvia, hoy su esposa, quien estudiaba en la escuela Carlos Rosario.

El desafortunado accidente ocurrió en mayo de 2020, y después de salir del hospital y seguir en casa su recuperación, en marzo de 2021 Los Robles fueron a una misa en la Basílica de San Pedro y pidieron los boletos para la audiencia.

Al llegar al Aula Paolo IV, Fredy se encontró con miles de personas en la fila, muchas por delante de él, pero los guardias lo adelantaron y lo ubicaron en la primera línea frente al Papa.

“Cuando el Papa se iba acercando a mí en la audiencia, yo solo pensaba en qué le diría, él también estaba en silla de ruedas, pero se levantaba a saludar y uno de los guardias le sostenía su bastón”, dijo Robles en una entrevista.

El Santo Padre le dio su mano a Fredy, lo bendijo y le preguntó que cómo lo podía ayudar, “yo le contesté que me regalara su bastón para poder volver a caminar”, recordó.

El papa Francisco entrega su bastón al salvadoreño Fredy Robles en el Aula Pablo VI del Vaticano.
El papa Francisco entrega su bastón al salvadoreño Fredy Robles en el Aula Pablo VI del Vaticano.

Luego el Sumo Pontífice instruyó a los guardias para que Robles lo esperara en otro salón. “Ahí lo esperé y cuando terminó la audiencia él se acercó en su silla de ruedas y me regaló su bastón”, expresó. “Yo quise regalarle mi medalla con la virgencita, pero cuando se la di, él sonrió y me dijo que mejor la bendecía y me la regresaba porque yo quizás la iba a necesitar más que él”.

Un milagro con la intercesión de la Virgen

La rehabilitación de Robles (58) ha sido considerada “como un milagro”, solo atribuible a su ferviente y profunda fe y a la intercesión de la Virgen María.

Robles estuvo dos semanas en estado de coma inducido, entubado, con respiración artificial y un total de tres meses en el hospital. Mientras estuvo en coma, los médicos le daban pocas probabilidades de vida y estuvo en riesgo de quedar en estado vegetativo.

“Lo único que le pedía a Dios y a la Virgen en todo momento era poder regresar con mi familia y recuperarme”, dijo Robles y reconoció que, aunque siempre estuvo apegado a su fe, su recuperación la veía “lejana y casi imposible”.

“Los médicos me habían dicho que estaba cuadripléjico”, recordó.

Fredy y Silvia tienen tres hijos: Bryan (35), Christopher (30) y Steven (23) y tres nietos y comenzaron su servicio en la Iglesia en la parroquia Santa Catalina Labouré en Wheaton, en donde sirvieron en el ministerio de matrimonios. Luego se mudaron a Germantown y se unieron a Santa Rosa de Lima.

El accidente durante la pandemia

Robles tiene unos 25 años manejando motos y enseñó también a sus hijos Bryan y Steven a manejarlas. Una tarde de 2020, luego de un largo paseo de tres horas, Robles y sus compañeros regresaban a casa y transitaban por la ciudad de Frederick, Maryland.

“Veníamos a unas 25 millas por hora y al acercarme a una curva reduje aún más la velocidad, pero por algún motivo perdí el control de la moto y, para evitar los vehículos que venían en la otra dirección, me tiré hacia la derecha y caí al suelo”, dijo.

Lo trasladaron a Baltimore en un helicóptero ambulancia.

Debido a las estrictas limitaciones por la pandemia, la familia de Fredy lo vio por primera vez a través de una tableta electrónica y la impresión de ellos “fue muy grande por toda esa cantidad de equipos que tenía sobre mí”.

“Ellos me grabaron unos videos en los que me consolaban, me daban esperanzas. Empecé a ver los videos, pero pronto dejé de hacerlo porque sentía que se estaban despidiendo de mí”, dijo con voz entrecortada.

Robles está convencido de que su recuperación ha estado colmada de buenas señales de Dios. “A las tres semanas de hospitalizado, una enfermera llamó a mi esposa para avisarle que me iban a sacar a los jardines del hospital para que tomara aire puro y ellos me podrían ver de lejos, al otro lado de la calle”. Una vez en el patio, las enfermeras llamaron a su familia para que cruzaran la calle y se acercaran, ellos lo hicieron y “todos nos abrazamos y lloramos”, destacó Robles y resaltó el noble gesto de esas enfermeras.

La fuerza de la oración

La devastadora noticia conmocionó a todos los parroquianos de Santa Rosa de Lima. A finales de mayo de 2020, Maritza Muñoz y Fernando Valencia, de la Legión de María, llevaron la Virgen a la casa de Fredy y se unieron al rezo de un Santo Rosario que fue seguido por fieles en la parroquia.

Robles afirmó que mientras estaba hospitalizado, le avisaron a su esposa Silvia que una de las fieles que oraban había tenido “una visión, en la que me veía caminando y llevando a mi familia a la Iglesia”.

La vidente fue la señora Graciela Elena Guerra de Inocente que vive en El Salvador y le compartió a Silvia sobre su visión, que se hizo realidad varios meses después.

El regreso a la parroquia

Su deseo de ir a misa era muy grande y comenzó a ir en silla de ruedas, ante el agrado de la feligresía de Santa Rosa. “Después de varios meses en terapia, comencé a ir a misa con andadera y luego con muletas y siempre seguí percibiendo el amor y solidaridad de la gente quienes seguían impresionados con mi recuperación”, destacó.

Ivonne Salazar, directora de educación religiosa y feligresa de Santa Rosa de Lima, expresó: “Jamás olvidaré el día que Fredy fue a la iglesia, su rostro brillaba de felicidad, cariñoso como siempre y aunque no podía levantar sus brazos, se le notaba su gran emoción de vernos a todos. Nunca se vio en su rostro una señal de tristeza o frustración, por el contrario, siempre estuvo amable y sonriente como siempre”.

Fredy no ha podido regresar todavía a su labor como ministro extraordinario de la comunión, pero aprendió a realizar las transmisiones en vivo de las misas de Santa Rosa de Lima, adonde ahora regresa cada domingo con el bastón que heredó de Francisco.

“Tengo el bastón bien cuidado y lo uso a veces cuando me levanto, porque no estoy listo todavía, pero sí tengo la esperanza de que voy a poder caminar bien con ese querido regalo de Su Santidad”, concluyó Robles, el heredero del bastón del papa Francisco.



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