La preparación del Sínodo de Obispos del año 2023 es una invitación no solo a reflexionar sobre la misión de la Iglesia en el mundo moderno, sino que es el momento ideal para que los fieles expresen sus sueños, necesidades y prepararnos para caminar juntos el camino de la sinodalidad propuesto por el papa Francisco, dijo el cardenal Sean O’Mally durante una charla ofrecida en la parroquia Blessed Sacrament de Washington.
En esta ocasión el actual arzobispo de Boston desarrolló el tema “La Unidad de la Iglesia y el pensamiento del papa Francisco sobre el próximo Sínodo”, destacando el llamado a los fieles a compartir con honestidad y franqueza sus experiencias de la vida parroquial.
“Durante la pandemia del Covid-19 muchas familias se vieron afectadas por el desempleo y el cambio de la rutina diaria alteró la vida de los fieles. Gracias a Dios, la respuesta de Iglesia fue inmediata y el uso de las redes social ayudó tanto a reflexionar como a satisfacer los requerimientos inmediatos”, señaló Sean O’Mally.
Explicó que la asistencia humanitaria es una clara demostración que los seres humanos, al margen de sus creencias religiosas, tienen en su corazón la semilla divina de la bondad y el amor para con sus semejantes. “Los hombres tienen que entender que todos los actos durante la vida siempre tienen consecuencias morales y humanas, por eso las personas tenemos que cuidarnos los unos a los otros”.
O’Mally calificó de terrible e incomprensible la guerra que inician los hombres embriagados por la avaricia y el poder, cuyo resultado final es millones de muertos muchos de los cuales soñaron con un mundo mejor.
“No podemos olvidar que antes de la guerra en Ucrania, miles perdieron la vida en conflictos en Bosnia, Ruanda, Afganistán, Etiopia, Yugoslavia, Uganda, Senegal y El Salvador. La lista de inocentes es larga y es por eso que debemos condenar el racismo, la segregación y la violencia en el mundo”, enfatizó el arzobispo de Boston.
Agregó que el preocuparse por los ancianos que siempre necesitan cuidados y medicinas, así como el velar por la educación y formación espiritual de los niños son demostraciones claras que todos somos necesarios, útiles e importantes para los demás. “En cualquier situación, hospitalidad y respeto jamás deben ignorarse. Cada ser humano al comenzar su vida y al terminar su vida necesita alguien que le cuide”.
Al recordar su paso por el Centro Católico Hispano de Washington, el cardenal O’Malley hizo referencia la importancia de los inmigrantes para el progreso del país y el crecimiento de la Iglesia católica en Estados Unidos.
“La atención a los inmigrantes siempre tiene que ser vista desde un punto de vista humano y pastoral. Yo recuerdo que en la década de los ochenta hubo mucha migración por las guerras en América Central y cientos de familias que llegan en busca de ayuda al Centro Católico, seguros de encontrar una respuesta solidaria, cristiana y sin importar las diferencias culturales y lingüísticas del momento”, señaló el arzobispo de Boston.