Con el lema “Migrantes, Misioneros de la Esperanza”, la Arquidiócesis Católica Romana de Washington invita a toda la comunidad a participar el próximo domingo 28 de septiembre en la 111ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado (JMMR), una celebración que busca honrar la dignidad de quienes se han visto obligados a dejar su país de origen en busca de una vida mejor.
En un contexto social marcado por la incertidumbre migratoria y el temor a redadas de ICE, el evento es también un llamado urgente a la solidaridad, la oración y el compromiso activo con los derechos humanos de los más vulnerables.
Una jornada de fe y compromiso
Las actividades iniciarán a las 2:30 PM con oraciones comunitarias en la Parroquia del Sagrado Corazón, ubicada en el corazón del barrio latino de Mount Pleasant, y concluirán con una solemne misa a las 5:30 PM en la Catedral de San Mateo Apóstol, presidida por el cardenal Robert McElroy, arzobispo de Washington.
El recorrido incluirá una procesión por las calles de la ciudad, símbolo del camino que muchos migrantes emprenden en busca de esperanza y acogida. La Arquidiócesis ha enfatizado que este acto es una oportunidad para caminar “en reflexión, solidaridad y oración”, aprendiendo de las historias de migrantes y refugiados, y reconociendo su contribución espiritual y social a las comunidades que los reciben.
Llamado a la participación activa
En un comunicado reciente, la arquidiócesis expresó su preocupación por la seguridad de personas en situación migratoria irregular, quienes podrían sentirse vulnerables ante posibles acciones de las autoridades migratorias. Por ello, hizo un llamado especial a los ciudadanos estadounidenses y a quienes gozan de estatus migratorio estable a participar activamente como muestra de respaldo y protección.
“Nuestro deseo es afirmar la dignidad de todos los migrantes, sin perder de vista las preocupaciones por su seguridad”, señala el comunicado.
El mensaje del Papa
La celebración se inscribe también en el marco del próximo Jubileo 2025, cuyo lema, “Peregrinos de Esperanza”, se entrelaza profundamente con el testimonio de millones de migrantes en el mundo.
Durante el anuncio del Jubileo de los Migrantes en julio pasado, el papa Francisco subrayó que “el deseo de felicidad es una de las principales causas de la movilidad humana”, recordando que guerras, crisis climáticas y violencias obligan a incontables familias a abandonar sus hogares.
“Los migrantes no solo buscan refugio, sino que también llevan consigo la fe, el coraje y la esperanza. Son verdaderos misioneros en las comunidades que los acogen”, afirmó el Pontífice.
En un mensaje publicado en la red social X (antes Twitter), el Papa reiteró que las comunidades de acogida tienen la posibilidad de convertirse en “testimonios vivos de una sociedad donde se reconoce a todos como hijos de Dios, hermanos y hermanas de una sola familia humana”.
Invitación abierta a todos
La Arquidiócesis de Washington extiende esta invitación no solo a los fieles católicos, sino a todas las personas de buena voluntad, para que esta jornada se convierta en un acto de solidaridad, fe y acción concreta en favor de quienes hoy viven la experiencia del desarraigo.
La Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado es, más que un evento religioso, un recordatorio de que detrás de cada rostro migrante hay una historia, una esperanza y una oportunidad para construir un mundo más justo y compasivo.