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Nuevas normas de agua potable de la EPA pueden ayudar a EEUU a garantizar el derecho humano básico al agua

Esperanza Guerrero lava los platos en su casa de California. Foto/OSV/Stephanie Keith, Reuters/archivo

"El acceso al agua potable y segura", dijo el papa Francisco en su encíclica ecológica Laudato Si', publicada en 2015, "es un derecho humano básico fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humano".

Aproximadamente 2.200 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura. Entre ellos hay 46 millones de estadounidenses sin agua corriente o sin acceso a agua potable.

El 10 de abril, esas estadísticas se ampliaron aún más -- pero con una promesa de reducción acompañante --, ya que la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. (EPA por sus siglas en inglés) publicó las primeras normas nacionales de agua potable legalmente exigibles para proteger a los estadounidenses de la exposición a sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (o PFAS por sus siglas en inglés.) Estas son también conocidas como “forever chemicals" ("sustancias químicas para siempre")".

"La norma final reducirá la exposición a PFAS de aproximadamente 100 millones de personas, evitará miles de muertes y reducirá decenas de miles de enfermedades graves", anunció la EPA.

Las nuevas normas de la EPA sobre el agua potable "salvarán vidas y protegerán la salud de nuestras generaciones y de las futuras; e irán aún más lejos para proteger a nuestros niños de hoy: Esta decisión reducirá el sufrimiento y defiende y protege el bien común", afirmó Anna Johnson, responsable de programas para Norteamérica del Movimiento Laudato Si'.

Se espera que la decisión de la EPA se enfrente a recursos legales.



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